[Al final de esta nota encontrará un sondeo sobre este caso para que participe]

La señora, identificada solo por su apellido, Zhang, aseguró a South China Morning Post que luego de que falleciera su hijo, a los 34 años, no podía conciliar el sueño sin tomar pastillas para dormir. Según ella, su sueño era criar a los nietos que tuviera.

Ella y su esposo intentaron adoptar a un niño, pero no pudieron debido a su avanzada edad (en ese entonces ella tenía 63 años), indicó el diario. Como estaban decididos a tener un hijo, en junio de este año viajaron a un hospital en Taiwán donde expertos realizaron un procedimiento de fertilización ‘in vitro’.

Zhang volvió a China y tuvo un control prenatal en un hospital de Beijing, el cual, al considerar que era un embarazo de alto riesgo, la remitió a otro centro médico. Allí, los médicos le dijeron que lo mejor para ella era abortar, de lo contrario, podría morir en el parto, agregó el medio.

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Tras conocer su caso, la Comisión Municipal de Salud y Planificación Familiar de Beijing les dio la orden a todos los hospitales de esa ciudad de que no trataran a la mujer sin contactarse con ellos para que puedan recibir orientación sobre cómo hacerlo. Zhang dijo al diario que la estaban haciendo sentir como un criminal que la policía busca:

“A nadie le importó cuando perdí a mi único hijo, así que encontré una salida por mi cuenta, pero me están bloqueando nuevamente”.

Añadió que cree poder llegar a los 85 años para ver a su hijo crecer y que, en dado caso de que muera, un sobrino de 40 años podría ayudar a criarlo. “Tener un hijo es todo para mí”, concluyó Zhang, aferrada a la idea de seguir con su embarazo.