Aunque varios líderes habían expresado por separado su repudio a la Asamblea Constituyente “popular” de Maduro, la coalición de partidos Mesa de la Unidad Democrática (MUD) formalizó este domingo que no participará de la iniciativa.

“No podemos ir a un proceso fraudulento (…) Aquí hay una Constitución y el gobierno no puede derogarla por un acto de fuerza”, dijo el excandidato presidencial Henrique Capriles en rueda de prensa, junto a otros dirigentes de la MUD.

Capriles descartó por tanto que la oposición vaya a asistir a una reunión sobre el proceso el lunes en el palacio presidencial de Miraflores, convocada por Elías Jaua, presidente de una comisión presidencial que impulsa la Constituyente.

En su lugar, los opositores intentarán marchar hasta la sede del Ministerio de Educación -cuyo titular es Jaua-, en el centro de Caracas, para explicar por qué se margina.

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La MUD rechaza que la propuesta de Maduro pretenda elegir la mitad de los 500 asambleístas que reformarán la Carta Magna por votación de sectores que, asegura, son controlados por el gobierno, mientras el resto se escogería en comicios municipales.

Capriles aseguró que Maduro -cuya gestión rechazan 7 de cada 10 venezolanos, según encuestas- busca eludir unas elecciones generales, principal exigencia de las protestas opositoras iniciadas el primero de abril.

“Las elecciones sectoriales no existen en la Constitución”, sentenció.

No dejar el camino libre

La oposición anunció este domingo que mantendrá una intensa jornada de protestas para exigir los comicios y el cese a la “represión” contra sus manifestaciones, que también dejan centenares de heridos y detenidos.

El diputado Stalin González dijo que el martes realizarán asambleas ciudadanas para explicar los “vicios” de la Constituyente.

“El miércoles marcharemos al Tribunal Supremo de Justicia y a las sedes del poder judicial en todo el país, el jueves la MUD explicará la hoja de ruta y el viernes será la marcha de los abuelos hasta la Defensoría del Pueblo”, detalló González.

Ninguna de las protestas ha logrado llegar al centro de la capital, considerado bastión del chavismo y donde se concentran las sedes de los poderes públicos.

Este domingo, la comisión encabezada por Jaua se reunió con dirigentes juveniles. El ministro reiteró que la Constituyente será el camino para lograr la paz y la convivencia de dos modelos antagónicos.

Analistas como Luis Salamanca advierten sobre el riesgo de que la oposición le deje el camino despejado al gobierno para cambiar la Constitución.

“Al gobierno no le va a importar que la oposición no participe. Si la oposición mantiene esa postura (…), Maduro podría incluso cambiar el modelo del Estado para perpetuarse en el poder”, señaló el politólogo.

Por ello, sostuvo, “la oposición debe evaluar su participación, las bases comiciales del proceso que no han salido. No hay que dejar el espacio libre, esta puede ser la última elección que haya en Venezuela”, dijo.

La propuesta de Constituyente, que avanza desde el pasado martes en el Poder Electoral, también ha generado rechazo internacional.

México, España, Estados Unidos y Brasil han dicho que un proceso para modificar la Constitución requiere del sufragio universal.

Mientras, Chile consideró que la iniciativa agrava la crisis política, y Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), la calificó de “fraudulenta”.

Música como arma

Entretanto, las presiones de calle contra Maduro continuaron este domingo a cargo de músicos y artistas que marcharon en Caracas en rechazo a las muertes que dejan las protestas.

Lo hicieron cantando, tocando tambores, gaitas, violines y cuatros (pequeñas guitarras de cuatro cuerdas), en compañía de algunos diputados.

“La música es mi único armamento”, decía el escudo de cartón que un manifestante llevaba en una mano; en la otra sostenía una guitarra.

“Queremos hacer valer los valores de los músicos; no somos terroristas. Nos están matando. Estamos con el pueblo, unidos, y queremos salir del presidente que tenemos, aquí no hay medicinas ni comida”, dijo Anyibel Trejo, de 18 años, mientras tocaba la viola en la marcha.

AFP

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