Maduro despojó del grado de mayor general a Hugo Carvajal, quien dirigió los servicios de inteligencia militar del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) durante una década, y también retiró el grado de general de división a Carlos Rotondaro, exministro de Salud.

Carvajal fue acusado de “actos de traición a la patria”, de acuerdo con la gaceta oficial del 20 de marzo, tras sus recientes declaraciones en las que llamó a los militares a rebelarse contra Maduro, a quien culpó de la “desastrosa realidad” de Venezuela.

Se trata de una medida “ejemplarizante” y “disciplinaria”, cuyas consecuencias deberá establecer la justicia, añadió la resolución. Carvajal ejerció cargos gubernamentales hasta 2017.

Según analistas, el estamento militar representa el principal sostén del gobernante socialista.

El alto mando jura con frecuencia “lealtad incondicional” a Maduro, ignorando los llamados de Estados Unidos y Guaidó para que le den la espalda a cambio de amnistías y levantamiento de sanciones.

Maduro también degradó a Rotondaro, quien días atrás apoyó a Guaidó y, según medios locales, pidió refugio en Colombia.

Ambos generales, que presumiblemente se encuentran ahora en el extranjero, habían sido sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

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La decisión de expulsar y degradar a los oficiales se tomó “por haber pretendido, mediante actos hostiles, medios violentos y desconocimiento de las autoridades legalmente constituidas, cambiar la forma republicana de la nación“, señala el decreto del régimen.

Los militares tienen amplio poder político y económico en el gobierno chavista, sometido a una fuerte presión internacional -incluido un bloqueo financiero de Washington-, en medio de la peor crisis del país petrolero en su historia moderna.

De 32 ministros, ocho son militares y dirigen carteras estratégicas como Defensa, Interior, Agricultura, Alimentación y la petrolera PDVSA.

De acuerdo con un informe de la ONG Foro Penal, divulgado el martes, 91 militares se encuentran presos en Venezuela por motivos políticos, de un total de 864 detenidos.

La cifra ha ido en aumento desde la operación que pretendía ingresar ayuda internacional a Venezuela a través de las fronteras colombiana y brasileña, a finales de febrero, cuando más de un millar de efectivos militares y policiales desertaron y se declararon fieles a Guaidó.