La historia de vida de Jheferson Herrera Solorza es como la de cientos de colombianos que, angustiados por la difícil situación económica y motivados por un futuro mejor para ellos y sus familias, migran a diferentes países a rebuscarse la vida.

Pero la historia de este quindiano de 34 años y oriundo del municipio de Salento tiene un ingrediente especial, pues es quizá el único coterráneo que ha tenido la oportunidad de limpiar las ventanas de los edificios más altos e imponentes del mundo ubicados en Estados Unidos.

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La vida de Jheferson no ha sido fácil. Desde muy niño empezó a buscar cómo ganarse la vida y para eso se dedicó a cuidar carros en Salento, vender empanadas y poco antes de emigrar a Norteamérica trabajó en el sector de la construcción, luego como mesero y finalmente haciendo los famosos patacones de Salento.

Esa multifuncionalidad y ganas de salir adelante lo llevaron, hace 8 años, a viajar a Estados Unidos e iniciar el periplo que muchos colombianos realizan en ese país en oficios como limpiar baños o trabajando en el sector de la construcción.

En esos días también hizo sus primeros acercamientos con el rol de limpiar ventanas, pero hasta entonces solo era una de las muchas maneras que tenía de ganar unos dólares para sostener a su familia.

“Además de la situación económica en realidad lo que me llevó a irme a los Estados Unidos fue porque mi esposa y mis hijos ya tenían un proceso de residencia en este país por el papá de mi esposa, entonces hice un préstamo, pedí la visa y afortunadamente me la dieron”, contó Herrera Solorza en diálogo con NUEVA CRÓNICA QUINDÍO.

Para este quindiano había muchos más sueños que lograr en Estados Unidos y por eso luego de trabajar por mucho tiempo en construcción, un sector del que dice es muy difícil incluso más que en Colombia, decidió retirarse y contactar a una persona que había conocido cuando limpió ventanas.

“Yo trabajé como ayudante y me decían que si no le tenía miedo a las alturas que me dedicara a eso, pero nadie me ofrecía trabajo. Cuando tomé la decisión de retirarme de la construcción me ayudaron a contactar con una compañía de Nueva York en la que duré 6 años y medio hasta que me independicé”, narró Herrera.

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Aunque Jheferson dice que siempre había tenido la oportunidad de independizarse, primero quiso formarse como limpiador de ventanas.

“Siempre tenía la oportunidad de ser independiente, pero me detenía porque me daba miedo lanzarme. En estos momentos tengo un permiso de trabajo, ahora estoy bien, pero antes estaba más indocumentado y pasé por casi una deportación porque migración me detuvo”, narró el quindiano.

El empujón para dar el salto al vacío literalmente ocurrió cuando en medio de su trabajo limpiando uno de los edificios más altos de Nueva York se encontró de frente con el cantante J Balvin, una historia que fue divulgada por el artista en sus redes sociales y que le dio la oportunidad a este quindiano de ser reconocido.

“Ya veo que es el momento de independizarme y días antes de que conociera a J Balvin ya me habían llegado proyectos de gente que me había buscado y yo los aplazaba por ser muy fiel a la compañía para la que trabajé, pero pues ya pasó lo de J Balvin y ese fue el empujón que necesitaba porque me empezaron a llamar y entonces yo dije este es el momento y me independicé”, sostuvo Herrera Solorza.

En toda su experiencia limpiando rascacielos tuvo la oportunidad de limpiar las ventanas del edificio más alto de Estados Unidos, que está ubicado en Nueva York y consta de 133 pisos. También limpió el famoso Empire State, reconocido por ser el edificio de la película de ‘King Kong’.

“Se siente un vértigo muy fuerte, pero ya llevo mucho tiempo en esto y le he tomado mucho amor a mi trabajo porque en realidad más que un deber o una obligación de tener que ir a trabajar es amor al arte”, sostiene.

Ahora trabaja para varias compañías y eso le ha permitido dar oportunidad de empleo a otros migrantes que, como él, han viajado a Estados Unidos a cumplir el ‘sueño americano’. Entre el personal que labora junto a Jheferson se encuentran personas de Colombia, Guatemala y Ecuador, todas con ganas de salir adelante y brindarles un mejor futuro para ellos y sus familias.