Las huelgas se extendieron el jueves a las centrales nucleares, provocando perturbaciones en el aprovisionamiento de gasolina, mientras conductores de trenes y controladores aéreos cesaron en gran parte su actividad.

Viviane, una jubilada de 66 años que esperaba llenar el tanque en Allier (centro), comparó la agitación actual con las dos semanas de huelgas y manifestaciones masivas que en 1968 tuvieron en vilo a la Francia de Charles de Gaulle.

“Me acuerdo de Mayo del 68 y puedo decirle que la escasez no es ninguna broma y que estoy tomando precauciones”, afirmó la automovilista.

Según las autoridades, la movilización de este jueves llevó a las calles a 153.000 personas en todo el país, mientras que los sindicatos aseguraron que habían contado hasta 300.000 personas.

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Aunque algunos bloqueos en depósitos de combustible y refinerías en el norte del país fueron anulados, muchos motoristas seguían atascados en largas filas en las gasolineras.

 

La parálisis creciente del país se produce a dos semanas de la inauguración de la Eurocopa de Fútbol, el 10 de junio, día en que los sindicatos han llamado a la huelga a los empleados del metro.

Un hombre que participaba en uno de los bloqueos tuvo que ser hospitalizado después de que embistiera una barrera creada por activistas en el exterior de la refinería de Fos-sur-Mer (sur).

La novena jornada de movilización general, una concentración única en París, se llevará a cabo el 14 de junio, cuatro días después del inicio del torneo.

El primer ministro Manuel Valls, admitió el jueves la posibilidad de “cambios” o “mejoras” en el proyecto de ley y anunció que recibiría el sábado a representantes “del sector petrolero”, aunque volvió a descartar sin embargo el retiro del polémico texto.

Según el gobierno, la ley dará mayor flexibilidad a las empresas para luchar contra el desempleo mientras que sus detractores consideran que aumentará la precariedad laboral y critican en particular su artículo 2, que da primacía a los acuerdos de empresa sobre las negociaciones por ramas profesionales.

Valls afirmó que ese artículo “no se modificará” y el presidente François Hollande respaldó su determinación en declaraciones desde Japón, donde participa en la cumbre del G7.

El primer ministro cargó contra la “irresponsabilidad” de la central sindical CGT, principal instigadora de las protestas: “No se puede bloquear un país, no se puede atacar los intereses económicos de Francia de esa forma”, afirmó ante el parlamento.

Según el ministerio de Interior, 77 personas fueron detenidas durante las protestas, y 15 agentes antidisturbios resultaron heridos.

AFP