A pocos días de que Venezuela acuda a las urnas para decidir si sigue por la misma senda por la que la ha traído el chavismo durante los últimos 25 años o cambia de rumbo para salir de la crisis, Nicolás Maduro Guerra, hijo único de Nicolás Maduro Moros, abrió una ventana de transición pacífica, a diferencia de su padre que amenazó con un baño de sangre si pierde las elecciones de este domingo. Pero hay un hecho que, en la práctica, da un golpe de realidad a lo que plantea el joven: él no es quien detenta el poder, sino su padre.
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Maduro Guerra, pese a ser un socialista convencido, considera la posibilidad de que a su progenitor lo derrote Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición liderada por María Corina Machado, tal como lo indican todas las encuestas en Venezuela.
El equipo que han conformado Machado (que ha recorrido el país convocando multitudinarias manifestaciones, y que ha superado obstáculos como el atentado que le cometieron) y González (ungido como candidato ante la inhabilitación del régimen a Machado para ocupar cargos públicos durante 15 años), tiene preocupado al régimen.
Incluso en el mismísimo estado de Barinas, cuna de Hugo Chávez y durante muchos años bastión de la familia del ‘comandante eterno’, le dio la espalda a Maduro, que aspira a una segunda reelección para completar un tercer mandato con el que completaría 18 años en el poder, en contravía de los más elementales principios democráticos.
En todo caso, Maduro Guerra niega que su padre sea un presidente autoritario o que en Venezuela haya persecución política, pese a las decenas de detenciones arbitrarias de cuadros importantes de la campaña de Machado-González.
Maduro Guerra, diputado de la Asamblea Nacional y encargado de asuntos religiosos del partido chavista PSUV, ni siquiera admite que su padre haya cometido algún error durante los más de diez años que lleva en el poder.
Por el contrario, descarga todas las culpas en terceros, pues cree que entre los ‘errores’ de Nicolás Maduro Moros está “confiar en algunas personas que pensábamos que estaban haciendo un buen trabajo y no lo estaban haciendo. Tantas personas que estuvieron en el entorno inmediato, no solo políticos”, le dijo a El País, de España.
Cuando el diario español le preguntó por la posibilidad de que Edmundo González gane las elecciones este domingo, Maduro Guerra respondió: “Si Edmundo gana, entregamos y seremos oposición, listo. No nací en la presidencia, mi papá no nació siendo presidente. Yo nací en el Valle, estudié en un colegio público. Y si todo acaba para ser oposición, somos. Yo no sé si nos aguantan de oposición, somos un fastidio”.
Otra de las curiosas respuestas que le dio Maduro Guerra al medio español deja ver con claridad uno de los aspectos que más se les critica a los regímenes totalitarios: el culto a la personalidad. Preguntado por si quiere ser presidente de Venezuela, dijo: “No te voy a decir que no ni que sí. Me veo sirviendo este proceso desde donde sea. Nosotros aspiramos a servir a Chávez. De verdad que la muerte de Chávez fue un impacto general. Me cambió la vida. Bueno, cambió la vida de un país, pero en lo personal, a mí me cambió la vida por completo. Algo que yo no tenía ni pensado”.
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