Una columna del profesor Guarnicca publicada en NJ.com comienza citando a la vocera del Congreso de Estados Unidos Nancy Pelosi (la misma del aplauso irónico a Trump y aquella que confía en verlo en la cárcel cuando termine este periodo): “La inmigración ha sido siempre revigorizante para nuestra sociedad y economía”.

Pelosi explica que el inmigrante que llega a Estados Unidos lo hace con grandes “esperanzas, aspiraciones, fe y determinación de sacar adelante sus proyectos”.

El maestro Guarnicca coincide con esa opinión y dice que él mismo lo ha podido comprobar con los estudiantes del claustro en el cual él enseña: “Me fijé en cómo los alumnos equilibran la cultura de su familia mientras aprenden la estadounidense como parte de su aprendizaje universitario”, señala el docente.

En su análisis, Guarnicca explica que la mayoría de estudiantes extranjeros reconoce que no estarían allí de no ser por sus padres, y ese agradecimiento se refleja en un deseo de retribuirles cuando tengan manera de hacerlo.

También les destaca que estos jóvenes ya tienen unas competencias específicas que son necesarias para que Estados Unidos, como país, siga en la vía al progreso y se mantenga competitivo en la economía mundial, además de que todos aprenden inglés, por lo cual manejan por lo menos dos idiomas, cuando no son más.

Migrantes en un paso fronterizo de El Paso, Texas.

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Los idiomas, continúa el catedrático, sobre todo si se aprenden a una edad temprana, les suministra destrezas cognitivas y socioafectivas adicionales, que les hace más proclives al éxito profesional, más adelante.

Los extranjeros tienen, por si fuera poco, ciertas habilidades de negociación entre diferentes culturas, dados su origen, la cultura estadounidense y la que adquieren a través de sus pares, generalmente de culturas completamente distintas a las de ellos.

En contraste, el profesor advierte que las universidades no hacen lo suficiente para incentivar el flujo de estudiantes extranjeros: “Desde la cafetería de la universidad hasta la actualidad nacional, tales estudiantes están expuestos a oír comentarios desobligantes contra los inmigrantes”, comenta.

En conclusión, Guarnicca hace un llamado a que tanto en la escuela secundaria como en la superior, el gobierno haga todo lo posible por retener e incentivar a estas personas, que son clave para el progreso de la sociedad estadounidense en el siglo 21, al tiempo que destaca programas como el Educational Opportunity Fund, de Nueva Jersey, o el Rutgers Future Scholars, que apoya a los alumnos extranjeros con talento.