Según él, la industria farmacéutica está investigando unos 130 tratamientos contra la COVID-19, de los cuales 77 se basan en medicamentos existentes y el resto son nuevas terapias, mientras que en el terreno de las vacunas para el coronavirus, la industria está estudiando alrededor de 80 posibilidades.
Actualmente 25 firmas se encuentran en distintas fases de ensayos clínicos de tratamientos, indicó el dirigente de la entidad que representa los intereses de decenas de grandes farmacéuticas y biotécnicas, de productores y de asociaciones regionales del sector.
En una conferencia de prensa virtual, altos ejecutivos de poderosas farmacéuticas dijeron que se está “trabajando” con los gobiernos para que. una vez que se haya dado con los tratamientos efectivos y seguros para la COVID-19, estos puedan estar disponibles y a precios asequibles para quienes lo necesitan.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó hace una semana una alianza internacional público-privada para evitar que una vez que se descubra una cura para la enfermedad, así como una vacuna o se mejoren los tests de diagnóstico, su acceso dependa únicamente de la capacidad de los gobiernos de pagar por ellos.
El vicedirector ejecutivo y responsable de investigación oncológica en AztraZeneca, José Baselga, dijo que su compañía está llevando adelante el ensayo clínico de una terapia para prevenir el fallo pulmonar en el Reino Unido y con el que se empezará a tratar a pacientes en los próximos días.
La presidenta global de Vacunas de Pfizer, Nanette Cocero, reveló que su compañía trabaja tanto en una vacuna como en un tratamiento antiviral que consiste en inhibir la proteína del coronavirus, que se considera como el elemento que permite su multiplicación celular.
Ante la pandemia de coronavirus, cuyos casos acumulados en el mundo ya han superado la barrera de los tres millones, la industria está probando literalmente con decenas de terapias diferentes, que van desde fármacos contra la malaria (cloroquina y su derivado la hidrocloroquina), antiinflamatoios, antivirales, tratamientos de autoinmunidad y de plasma.
Este último requiere contar con muestra de plasma de pacientes completamente recuperados y los investigadores que analizan esta opción defienden que puede permitir tratar a una persona infectada antes de que presente síntomas o para reducir la gravedad de los mismos.
“Debemos ser honestos y reconocer que no entendemos esta enfermedad, que cada día aprendemos sobre ella, por qué algunas personas son asintomáticas o por qué otros desarrollan patologías de las vías respiratorias”, comentó la vicepresidenta ejecutiva de la farmacéutica MSD (Merck fuera de Estados Unidos y Canadá), Julie Gerberding.
Otra pregunta que todavía no tiene respuesta es si bastará con un único fármaco o si este coronavirus terminará desarrollando resistencia como ocurre con otros virus que requieren terapias combinadas.
La científica también recordó que multiplicar la capacidad de producción del futuro tratamiento “no será fácil, requerirá de una inversión importante de capital y tomará tiempo asegurarse de que el proceso de producción es seguro y que habrá capacidad para cubrir la demanda”. “La gente debe tener expectativas realistas de lo que (las farmacéuticas) pueden hacer porque lo que no podemos es prometer demasiado y luego no cumplir”, subrayó.
Por su parte, Cueni señaló que llegado el momento habrá que tomar decisiones sobre a qué país se asignan los fármacos o vacunas disponibles, y que probablemente tendrá que darse prioridad al personal sanitario y a los grupos de riesgo. “Será difícil aumentar a tal escala y de forma tan rápida la producción como para satisfacer al mundo”, dijo el director de la IFPMA, quien consideró que habrá que tener directivas claras para que no se produzca “una lotería” para saber quién obtiene primero medicinas y vacunas.
LO ÚLTIMO