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Escrito por:  Fabián Ramírez
Subeditor     Feb 19, 2025 - 11:11 am

Colombia vive quizás su momento más tensionante en los últimos 20 años en la relación que tiene con Estados Unidos, sobre todo con la llegada de Donald Trump, que endureció fuertemente las políticas contra migrantes y ya ha deportado a miles de compatriotas, lo que desató un fuerte cruce entre Petro y el mandatario norteamericano.

(Vea también: Indocumentados en Estados Unidos, en alerta ante nueva medida del gobierno Trump)

Desde ese momento, muchas historias de colombianos que han sido deportados desde Estados Unidos se han conocido con experiencias dramáticas sobre malos tratos en su traslados al país y la carente situación económica con la que llegan varios de ellos.

Precisamente, en Pulzo nos contactamos con Jorge González, un colombiano de 35 años que duró apenas 3 meses en Chicago, a donde llegó después de pasar de manera ilegal la frontera con México junto a su hija de 8 años. Este hombre trabajó en un restaurante colombiano en esa ciudad y estaba consiguiendo un futuro prometedor, pero lamentablemente cayó en manos de las autoridades estadounidenses y tuvo que devolverse a Colombia.

“Vendí electrodomésticos, una moto y me fui con la ropa junto a mi hija. Pagamos un poco más de 30 millones a los coyotes para cruzar, logramos llegar al ‘bronx’ en Chicago, a los barrios más bajos. Yo tenía una familiar allá que me ayudó a conseguir trabajo en un restaurante colombiano de una persona de Buenaventura. Me pagaban unos 80 dólares el día y pude sacar una habitación con mi hija, ya estaba empezando a hacer los papeles”, contó.

De igual manera, relató cómo fue el proceso en el que lo agarraron indocumentado y tuvo que devolverse para el país en medio de engaños que, según él, le hicieron las autoridades estadounidenses. 

“De un momento a otro pasaron restaurante por restaurante a pedir papeles a los latinos. Estaba en mi trabajo normal, común y corriente, llegaron los de migración de Estados Unidos.  A mi la persona de Migración me prometió unas cosas, me dijo que no preocupara, que iba a llegar a Colombia y que no iba a pagar el vuelo de acá para allá. Me iban a dar un subsidio de seis meses y que me iban a ayudar a conseguir empleo acá. Yo firmé la deportación junto a mi hija, nos mandaron en un avión comercial, no nos trataron mal, pero tampoco bien, nos hablaban fuerte. A mi me quedaban como 250 dólares, pero me dejaron solo 70 y entregué el resto dinero”, mencionó.

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Finalmente, Jorge expone el drama que vive en Bogotá junto a su hija, donde por fortuna consiguió un empleo temporal, pero necesita de ayuda para un puesto fijo en alguna empresa o un computador para poder vincularse a la compañía donde laboraba antes de emigrar a Estados Unidos. 

“Cuando llegamos a Bogotá supuestamente nos iba a recibir una persona. Yo llegué hace 7 días, pero nos dejaron botados en el aeropuerto para defendernos como pudieramos, fui a la Policía y me dijeron que tocaba tramitarlo con Migración. Mi familia no me sirve para nada acá, con mi hija estoy solo porque mi esposa hace 5 años nos dejó durante el COVID-19. Estoy a la deriva, yo lloraba todos los días, no me ha servido ningún amigo. Desde ayer no he comido nada, no tengo donde dormir, llevo a la intemperie varios días, hoy en la noche no sé en qué sitio quedarme“, comentó.

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