Sin embargo, luego de subir algunos videos, fotos y testimonios en sus redes sociales, Fang Bin y Chen Qiushi están desaparecidos y por ahora nadie tiene rastro de ellos, según publica la BBC.

Los hombres decidieron reportar la “realidad”, pues, dice el mismo medio, la prensa china está controlada por el gobierno y, además, muchos periodistas decidieron huir de la ciudad.

Los conocidos de Fang Bin y Chen Qiushi ya mostraron su preocupación ante las autoridades, que por ahora no se han pronunciado respecto al caso, señala el diario británico.

Fang Bin publicó su primer video acerca del coronavirus, ahora llamado Covid-19, el pasado 25 de enero con el objetivo de informar “la situación real”, detalla BBC y agrega que en sus posteriores videos era común verlo manejando por las calles desoladas de Wuhan.

Sin embargo, el video que logró llamar la atención de los chinos y el mundo en general, era uno en que se veía, al parecer, 8 cuerpos sin vida, apilados en un bus de servicio público en frente al hospital general de Wuhan, informa el rotativo inglés.

Ese mismo día, en la noche luego de publicar las imágenes, agentes del gobierno llegaron para interrogarlo y se lo llevaron y posteriormente lo liberaron. Pero el pasado 9 de febrero subió otro video en YouTube donde decía: “La revuelta de todo el pueblo: devuelvan el poder del gobierno al pueblo”. Y desde ese día nadie sabe nada de él, advierte ese diario.

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Por su parte, Chen Qiushi, un abogado especialista en derechos humanos, periodista y activista, no vivía en Wuhan, pero decidió viajar a allí para “documentar lo que realmente está sucediendo. Prometo que no ocultaré la verdad”, dijo en el primer video que subió a un canal de YouTube, que hoy cuenta con más de 400.000 suscriptores, señala BBC.

Qiushi ya estaba en el radar de las autoridades chinas porque había ganado popularidad cubriendo las manifestaciones en Hong Kong. Incluso, ya estando en Wuhan, le dijo al mismo rotativo que sabía que estaba en riesgo por visitar diferentes hospitales y grabar las condiciones en las que se trabajaba y hablando con los pacientes.

“La censura es muy estricta y las cuentas de otras personas serán cerradas si comparten mi contenido”, advirtió en ese momento a una colega de la BBC.

Al final ocurrió tal y como lo temía. El 7 de febrero un amigo de Qiushi publicó en la cuenta de Twitter del activista un video donde salió la mamá de este diciendo que estaba desaparecido desde el día anterior.

Patrick Poon, investigador en Amnistía Internacional, le dijo a diario británico que es posible que hayan sido puestos en cuarentena forzada, pero que conociendo al gobierno de China, no habrá ninguna declaración oficial así sea este el caso y sean liberados.