En Francia, por ejemplo, se comenzó la reapertura de los colegios, pero con estrategias para garantizar la seguridad de los niños, o por lo menos probarla, pues no hay una fórmula que garantice la seguridad de los pequeños.

“Las rutas dentro de las clases, en los patios y corredores fueron completamente rediseñadas y señalizadas, cuando fue posible. En el piso, los maestros pintaron símbolos, colocaron tachuelas o pegatinas para indicar a los estudiantes dónde deberían pararse”, explica el Huffington Post Francia, sobre cómo las instituciones educativas se preparan para la distancia física entre sus alumnos.

El sitio francés añade que las medidas se extienden a los baños, en donde con cintas se restringe el uso de los lavamanos para que los niños no estén tan cerca entre ellos; los juegos permanecen inhabilitados; y se conserva una silla vacía en medio de cada estudiante en el comedor, al igual que en las aulas.

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En el país galo aún hay escépticos frente a las medidas y hasta algunos profesores y sindicatos denuncian un regreso prematuro a las escuelas.

En un video que acompaña el artículo sobre la situación que se vive en Francia, también se recuerda la particular forma con la que se garantiza un espacio de por lo menos un metro entre los alumnos en China: sombreros con cartones adheridos que parecen hélices y no permiten una cercanía que represente peligro de contagio. 

En el país asiático también es obligatorio el uso de máscaras tipo visera en todos los niños.

Por otro lado, está el ejemplo, poco replicable, de un colegio en Copenhague, Dinamarca, en donde 200 futuros graduandos reciben su educación en el estadio Telia Parken, desde el 11 de mayo.

Allí, como se observa en un video publicado en YouTube por el canal Le Huffington Post, los preadolescentes de cuarto y quinto de primaria pasan tiempo en las gradas, en donde pueden mantener varias sillas entre ellos, y toman sus clases en los salones del escenario deportivo, manteniendo igualmente una distancia entre ellos.