El árbol artificial fue instalado en la principal calle comercial de la ciudad, la Knez Mihajlova, y se veía muy bien hasta que su precio fue revelado por la página web de investigación Pistaljka.rs (‘Silbido’), que aseguró que el contrato fue firmado tres días después de su instalación.

El alcalde, Sinisa Mali (SNS, conservador), se dijo “sorprendido por el monto” y anunció que ponía fin al contrato.

El Partido Democrático (oposición, centro izquierda) invitó a los ciudadanos a dejar debajo del abeto de plástico mensajes con los regalos que querían por valor de 83.000 euros.

“Un abrigo para la lluvia, talla XL, para mi perro”, se lee en uno de los papeles. “Yo quiero un diploma”, pide otro, en alusión a la supuesta corrupción de la que tiene fama la educación superior serbia.

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Con las elecciones municipales que tienen que celebrarse en 2018, el alcalde Sinisa Mali, aliado político del presidente Aleksandar Vucic, aseguró que su administración había “trabajado durante tres años y medio en una total transparencia”.

La empresa que instaló el árbol de Navidad aceptó romper el contrato pero anunció que dejaría el abeto en el lugar como contribución a la decoración de las fiestas de fin de año.

AFP