La propuesta incluye también a los bomberos y socorristas, porque según justificó el gobernador, John Bel Edwards, son “verdaderos héroes” y “merecen todas las protecciones que podemos ofrecerles”.

En EE. UU., un crimen de odio tiene lugar cuando una persona ataca a otra por su raza, religión, nacionalidad, orientación sexual o discapacidad.

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Considerada una infracción con agravante, el crimen de odio es condenado automáticamente con sentencias más duras: multas, trabajo forzado, o años de reclusión suplementarios.

Asociaciones de defensa de derechos de las minorías afirman que las fuerzas del orden de Luisiana no necesitan esa protección adicional.

La filial de la organización Black Youth Project en Nueva Orléans lamentó que los policías sean “tratados como una categoría especial de ciudadanos ubicados por encima de las críticas y las leyes”.

“En 2015 un número aterrador de 1.185 personas murieron por violencia policial, comparado con los 42 policías que fallecieron en Estados Unidos”, subrayó la organización.

La nueva ley recibió el apodo de  “Blue Lives Matter” (La vida de los azules (policías) importa) por oposición a “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa), que denuncia la violencia policial hacia los negros.

AFP

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