Las memorias de la actriz porno Stormy Daniels, cuyo supuesto idilio con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hace una década ha puesto a la política estadounidense patas arriba durante meses, salieron hoy a la venta.

En “Full Disclosure” Stormy Daniels, nombre artístico de Stephanie Clifford, narra su vida desde una convulsa infancia en la sureña Luisiana al escándalo generado por su relación con Trump, de la que cuenta los detalles.

Daniels revela que cuando tenía nueve años un vecino la empezó a violar, que cuando lo contó no le creyeron y que su madre hizo como si no sucediera para que no la culparan a ella de una crianza deficiente.

La actriz porno confiesa su amor por los caballos, con los que sobrellevó una juventud alejada del sexo, el alcohol y las drogas mientras sus compañeras adolescentes iban quedando embarazadas.

Stormy Daniels

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Al llegar a 2006, en las memorias aparece Trump, al que conoció en un torneo de golf y con el que entabló una relación que supuestamente tenía que ser profesional, ya que según cuenta el ahora presidente se interesó en ella para aparecer en su programa, “The Apprentice”.

Daniels cuenta que en uno de sus encuentros con Trump le escuchó hablando por teléfono con Hillary Clinton, que en ese entonces libraba las primarias demócratas contra Barack Obama y que hablaron de hacer un viaje conjunto los dos matrimonios.

“La amo”, dijo Trump al colgar el teléfono.

Uno de los capítulos más jugosos y que la prensa británica ya adelantó hace unos días es el de la única relación sexual que Daniels y Trump supuestamente mantuvieron.

Según Daniels, la relación apenas duró dos o tres minutos y la definió como el sexo “menos impactante” de su vida.

La actriz porno detalla que Trump es un “terrible besador” y que su pene, “más pequeño que el promedio”, es como “el hongo de Mario Kart”.

Daniels asegura que le preguntó por su esposa, Melania Trump, con la que se acababa de casar en 2006, y que Trump le dijo que tenían “habitaciones separadas”.

En las memorias también describe las amenazas de las que fue objeto por parte del exabogado de Trump, Michael Cohen, y que invirtió los 130.000 dólares del ya famoso pacto de silencio en adquirir un nuevo remolque para caballos.