Vastas áreas todavía siguen aisladas por las inundaciones y hay centenares de desaparecidos, por lo que la cifra se irá revisando al alza con toda seguridad en los próximos días.
A las víctimas mortales del ciclón que tocó tierra el 15 de marzo en Beira, Mozambique, con vientos de 200 kilómetros por hora y lluvias torrenciales se suman más de 2.100 heridos en los tres países, según el recuento preliminar, así como decenas de miles de desplazados y cuantiosos daños materiales, reportó la agencia Sputnik.
Tras la limpieza de los grandes ejes y el rescate de personas aún bloqueadas en las zonas inundadas, “la próxima etapa es tener acceso al agua potable, porque lo que nos esperan son enfermedades”, había dicho el viernes a la AFP la directora de Unicef, Henrietta Fore, que viajó a Mozambique para analizar los estragos.
“El tiempo apremia, estamos en un momento crítico”, advirtió desde la ciudad de Beira, en parte devastada por el ciclón.
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