Aída Cortés, reconocida ‘influenciadora’ santandereana, una modelo webcam que derivó en protagonista de contenido sin censura, de videos eróticos, y cuyo nombre se movió hace poco no precisamente por eso, sino por haber arrollado a un policía, contó más detalles de su actividad.

Ya había revelado que, por sus contenidos en Instagram, esa red social le ha pagado entre 90 y 120 millones de pesos mensuales, una cifra astronómica que causa un gran impacto en momentos en que la pandemia del coronavirus ha dejado a millones de jóvenes sin empleo y sin posibilidades. Claro que Instagram no es la única que le paga.

Ahora, le contó a Semana que sus contenidos en OnlyFans le pueden representar “no hasta 100 millones de pesos. [sino] Mucho más. El dinero es ilimitado, dependiendo del trabajo que se haga en la plataforma. […] Ahora con OnlyFans obtengo más ganancias […]”. Y si a esto se le suma otra afirmación de Cortés (“Yo facturo en TikTok, Facebook, Instagram y YouTube”), pues la proyección de sus ingresos mensuales resulta enorme.

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Cortés le dio a la revista que entró a ese mundo “engañada”, cuando estaba buscando trabajo para estudiar negocios internacionales, “con una ilusión muy grande de poder entrar a la universidad”. También recordó que leyó un aviso en un periódico, que decía: se necesita mesera, buen pago y buena presentación personal.

Ese fue el punto de inicio para su exitosa carrera, pero también puede ser la entrada a inciertos e inseguros ámbitos, en los que pueden caer ingenuos jóvenes en su afán por conseguir éxito y dinero de manera rápida.

Su perfil es muy parecido al de miles de muchachos en Colombia. Cuando entró en el mundo del modelaje webcam, le dijeron que “las modelos juiciosas ganaban entre 1 y 3 millones de pesos”, por eso, le contó Cortés a la revista, ella dijo: “Esto me sirve, porque quiero estudiar, mis papás no tienen cómo pagarme la universidad, soy la menor de ocho hermanos y ellos no tenían en ese momento cómo ayudarme”.

“Tengo libertad financiera, quiero sacar mi línea de ropa, y empezar a meterle el corazón a lo que yo realmente amo, que es la música”, agregó en la publicación. “Ahora tengo libertad para poder hacer las cosas por convicción y no por necesidad. No estoy para demostrarle nada a nadie, ni estar pendiente del qué dirán. Ayudo a mis papás, hermanos, y eso es mi felicidad”.

¿Y la relación entre belleza y dinero? Esa la entiende así, como se lo dijo a la revista: “Ser bonita no es un pecado, […] todo es un negocio. No soy prostituta; pero si hay una prostituta que sea exitosa, créanme que no es solo por prostituta, sino porque ha trabajado mucho en eso. Si es millonaria es porque le ha metido mucho esfuerzo. No soy prostituta, sino creadora de contenido digital”.