WOM lanzó esta semana al mercado sus paquetes de telefonía y datos móviles y, por consiguiente, se revivió el contrapunteo entre esa compañía y sus competidores: Claro, Movistar y Tigo. Los gigantes de la industria de las telecomunicaciones en Colombia no se demoraron en responder a la estrategia de precios bajos de su nuevo rival y anunciaron planes similares.

Colombia es el segundo país de América Latina en el que WOM aterriza. El primero fue Chile y, en tan solo cinco años, la compañía ya logró acaparar el 25 % del mercado del país austral. Los inversionistas del nuevo competidor de las telecomunicaciones en territorio nacional también quieren quedarse con la cuarta parte de los clientes colombianos y para eso llegaron con 1.000 millones de dólares.

WOM llegó a planteles clara a los gigantes ya conocidos y lo ha hecho con un par de mensajes publicitarios intimidantes y hasta provocadores. Compañías como Claro no se han quedado calladas y también han arremetido contra su nuevo rival, acusándolo de burlar la ley en Colombia con el rótulo de ser una empresa nueva. Por estos días muchos usuarios se preguntan quién está detrás del que se convierte en el cuarto operador de telecomunicaciones y de dónde sale su fortuna.

¿Quién es el dueño de WOM?

Se trata del empresario islandés Thor Björgólfsson, que tiene 53 años y ostenta una fortuna neta de 2.300 millones de dólares. Ese capital lo convierte en el hombre más rico de Islandia y uno de los millonarios importantes de Europa. Sin embargo, su patrimonio llegó a ser aún mayor en 2007, cuando superaba los 4.000 millones de dólares, pero luego de ese año estuvo a punto de la quiebra total y tuvo que sufrir varios años para recuperar algo de la fortuna que disfrutó por mucho tiempo y su reputación como empresario exitoso, precisó el millonarios en diálogo con la revista Forbes.

La revista económica recuerda que Björgólfsson llegó a tener un jet privado Challenger 600 que le prestaba a personalidades como Mikhail Gorbachev, expresidente de la Unión Soviética, y que para celebrar sus 40 años organizó una fiesta privada en Jamaica a la que invitó a 120 amigos y en la que cantaron 50 Cent y Ziggy Marley.

El millonario islandés es el dueño del Fondo Novator Partners, el grupo que reúne las marcas en las que él tiene invertida su fortuna. En la lista de compañías de Björgólfsson figuran el operador móvil polaco Play, la farmacéutica Actavis, la empresa de videojuegos CCP, la plataforma virtual de ciclismo Zwift, emprendimientos de comercio electrónico como Nova y WOM, dedicada a las telecomunicaciones.

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El islandés se lanzó al ruedo como empresario en la década de los 90 y su debut terminó siendo un buen presagio de lo que terminaría siendo su carrera como magnate. En aquel entonces decidió emprender un negocio de bebidas y otro de cerveza en Rusia. Ese último fue tan exitoso que la propia Heineken se lo compró, recuerda Forbes.

En la entrevista que le concedió a ese medio de comunicación, Björgólfsson advirtió que su inversión en WOM podría ser solo la primera de varias que haga en Latinoamérica y, por qué no, en Colombia. “Latinoamérica es un libro que apenas estamos comenzando, solo hemos invertido en telecomunicaciones, pero también nos gustaría buscar más empresas de rápido crecimiento que tengan el mismo perfil que las que ya tenemos, expandiendo nuestra área de capital de riesgo. Vemos que están saliendo empresas de aquí. Un ejemplo fantástico es Rappi que fue cocreada por colombianos, y en Chile hay otra llamada Notco. Podríamos empezar a meternos en empresas de ese tipo, que encajan muy bien con las telecomunicaciones”, declaró el empresario.

Pese a la alegría que manifiesta por entrar al mercado colombiano, también dice que no ha sido fácil y califica este proceso como algo “extraño”, entre otras cosas, por las diferencias y cruce de ataques que ha tenido con sus nuevos competidores: Claro, Movistar y Tigo. “Es muy difícil tratar con las tres empresas, en serio nos están dificultando la entrada, de lo cual no me quejo ni lloro porque ese es su trabajo”, concluyó. De todas maneras, el islandés agregó que no se queja ni llora por esa situación.