Los detalles los relató en su libro ‘Mi vida y mi cárcel con Pablo Escobar’, que lanza por estos días en Colombia. Según cuenta, luego de que su esposo fuera abatido, ella misma se fue donde cada uno de los enemigos que tenía a pagar la cuenta en compañía de Carlos Castaño.

Henao asegura que tenía un inventario de todos los millones de dólares que les entregó a los enemigos de su esposo en propiedades, en efectivo, en cuadros; quedó a paz y salvo con todos.

Sobre este tema fue interrogada por Julio Sánchez Cristo, en La W, y sobre por qué no compensó a las víctimas también con ese dinero.

“¿A usted no le pasó por la mente, de alguna manera, compensar por ejemplo a las víctimas, es decir, toda esa millonada que usted logró recuperar, pensar en la hija de un policía, en la señora de un policía, en alguien en quien usted pudiera de alguna manera recompensar el horro de su esposo?”, preguntó el periodista.

Pablo Escobar y Amparo Grisales

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A lo que María Eugenia Henao respondió: “Julio, si realmente me hubiera quedado dinero, no dudes que lo hubiera hecho con toda la convicción del mundo. Desafortunadamente, el dinero que había ahí quedó porque, como el país es conocedor de la situación, el resto de las propiedades que tuvo Pablo Escobar quedaron en manos del Estado colombiano, razón por la cual yo no tengo la posibilidad económica hoy”.

Según ella, en Buenos Aires (Argentina), donde reside actualmente, aún vive pagando arriendo.