Varios medios se han referido a los viajes de negocios, que debido a las restricciones y al miedo de los viajeros a contagiarse de COVID-19, se han reducido ostensiblemente.

El Financial Times reporta que antes de la pandemia el hotel Standard (en el ‘Meatpacking District’, una zona de Manhattan, en Nueva York) podía facturar 100 millones de dólares al año y la mitad de esos ingresos provenían de viajeros de negocios.

Hoy en día, tal ocupación no se ve, pues en fines de semana se llena al 50 % con algunos huéspedes de fin de semana, mientras que en días laborables entre semana, que solía ser el fuerte de ocupación por ejecutivos viajeros, no sale de tan solo el 10 % o el 20 % de ocupación. Y la situación no da muestras de cambiar, dice el Financial Times.

“El viaje de negocios, sello de la vida ejecutiva desde el nacimiento de la época de los jets se ha vuelto toda una rareza en los últimos 6 meses”, sentencia el medio.

Por su parte, el medio financiero The Economist publica que los viajes de negocios son comunes desde las épocas de Marco Polo y antes, en civilizaciones antiguas, y que antes de la pandemia era el día a día de diplomáticos, ejecutivos y funcionarios de los gobiernos.

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Dichos viajes incluían citas de negocios (cara a cara), visitas a ferias, asistencia a conferencias y ruedas de negocios, encuentros con clientes y lanzamiento de productos, entre muchos otros motivos comerciales.

El medio cita cifras de los millones de millones que dejaban los viajes de negocios. Por ejemplo, el gasto en viajes nacionales e internacionales en Estados Unidos movió 2,1 millones de millones de dólares en 1995, de los cuales 400.000 mil millones correspondieron a desplazamientos por negocios, cifra que subió a 1,3 billones de dólares en 2019 para los viajes de trabajo, en 2019 y antes de la pandemia.

Cifras de diciembre de 2020 reveladas por la revista Forbes indican que antes de la pandemia, la cantidad de pasajeros ejecutivos en los vuelos de ese país representaban el 12 % del total, pero asimismo generaban el 75 % de los ingresos totales de las aerolíneas.