Lo que llama la atención es que fueron muchos los feligreses que pagaron 2.000 pesos y se llevaron la imagen como recuerdo de la histórica visita de Francisco a Colombia.

Incluso, le hicieron una extensa fila (siempre hubo hasta 30 personas esperando su turno). Pero ‘Francisco segundo’, nombre con el que Pulzo bautizó a este personaje por su pretensión de ser el doble del verdadero pontífice, no trabajó solo, pues un acompañante suyo era el encargado de cobrar.

Al principio, mucha gente se acercaba pensando que era gratis, pero les cobraba después.

El artículo continúa abajo

Con seguridad, el negocio resultó exitoso debido a que hubo muchas personas que no alcanzaron a conseguir un buen lugar para ver al papa de manera directa y se tuvieron que conformar con las pantallas dispuestas para todos lo pudieran ver en el parque.

En últimas, ‘Francisco segundo’ resultó siendo un consuelo para muchos… y una prueba más del rebusque de los colombianos y de la forma como el papa Francisco reactivó no solo la economía formal, sino la informal también.