Vive en Londres y cuenta que su deuda con tarjetas de crédito alcanzó los 80.000 dólares, el monto mencionado en pesos colombianos. Según cuenta, empezó a trabajar desde los  24 años, en el área de finanzas, y buscó la forma de ingresar en ese círculo exclusivo.

También relata que sus deudas, en buena parte, las adquirió por tratar de demostrar lo que no es: intentó imitar a sus amigos, vestir como ellos, pasar fines de semana fuera de casa y pagar unas comidas con precios exorbitantes.

Liam, además, salía 4 noches por semana a bares muy costosos. Incluso, dice, tuvo que sufrir varias veces porque cuando le pasaban la tarjeta de crédito, temía que se la fueran a rechazar por falta de cupo. “No podía pensar en nada más humillante que admitir que no podía pagar”, señaló Liam a BBC, que cita también a StepChange y National Debtline de Reino Unido.

Bajo esa misma condición, rentó una habitación en Londres y recibía un salario muy bajo porque hasta ahora era pasante. Según dice, apenas le quedaba para pagar la comida y el transporte.

“Tontamente, en lugar de ser honesto sobre mi situación con mi madre y mis jefes, solicité una tarjeta de crédito con un límite de £4.000 (US$5.200) para darme un respiro”, cuenta.

El artículo continúa abajo

Más adelante, dice, no pudo pagar con esa tarjeta el alquiler del cuarto en el que vivía y tuvo que acudir a un préstamo de parte de su madre, una maestra jubilada que no se encontraba en las mejores condiciones para ayudarlo.

Ante esto, solicitó una segunda tarjeta de crédito, pero con la idea de ahorrar dinero en transporte, comida y conseguir un nuevo trabajo en un bar.

“Fue muy fácil obtener una segunda tarjeta de crédito: simplemente completé un formulario en internet y fui aprobado por otros £5.000 (US$6.500) en segundos”, agrega.

Pese a que ya llevaba un monto importante en deudas, ahí no quedó todo. Liam relata que, cuando tenía 26 años, sus amigos comenzaron a casarse y tuvo que asistir a más de 15 despedidas de soltero en tres años. Obviamente, cuenta, le tocó sacar una cantidad de plata para asistir y, por ende, endeudarse con más tarjetas de crédito.

“La más extravagante fue en Las Vegas. Los costos se salieron de control alcanzando las miles de libras”, recuerda.

Posterior a esto, años después, sus amigos comenzaron a comprar casas y ahí fue cuando se dio cuenta de que ya debía 6 tarjetas de crédito (la mayoría al límite) y tenía un préstamo con un banco.

Según cuenta, luego de esto llamó a una línea de deudores y le aconsejaron hacer un cálculo de sus deudas. Ante esto, tomó varias decisiones para salir del problema.

“Decidí hacer mi primer cambio y me mudé de apartamento a un lugar mucho más barato. Saqué un préstamo bancario para pagar algunas de las tarjetas de crédito. Durante los siguientes meses comencé a controlar todo: dejé de salir en la semana y cancelé mi membresía del gimnasio”, explicó el hombre de 29 años a BBC.

Reconoce que estas decisiones le ayudaron, por lo menos, a no seguir endeudando más y que pasó su década de los 20 a punta de préstamos, créditos y ahora le toca pasar toda su vida pagándolos.