Sin merecerlo, sin ser en ningún momento menos que su contrincante, Deportes Tolima sufrió en la noche del miércoles una dura derrota en casa (0-1) frente a un equipo que no es, a juzgar por su pobre nivel, ni la sombra de aquel que llegó a ser monarca continental. El ‘Vinotinto y Oro’ tuvo a su merced al poderoso Flamengo de Brasil, por la ‘ida’ de los octavos de final de la Copa Libertadores 2022.

El solitario -y extraño- gol del volante Andreas Pereira (17′), justo cuando mejor hacía las cosas el anfitrión, mandó al traste las ilusiones de triunfo de los ‘Musicales’, quienes aún en duelo por la dolorosa caída a nivel local salieron a plantar cara y lucharon hasta cuando tuvo capacidad para ir por el empate. Pero las ganas y el amor propio no bastaron, ante un club acostumbrado a ganar de casaca.

(Vea también: ¿Resaca por la derrota? Mala asistencia para Tolima vs. Flamengo por Copa Libertadores)

El resto del trámite, sin exagerar, fue muy favorable a los ‘Pijaos’, a quienes les faltó la última puntada para haber salvado, por lo menos, el punto en casa. La expresión futbolística ante el actual subcampeón copero estuvo más que a la altura, aunque también podría decirse que los de la ‘Tierra Firme’ enfrentaron a un equipo que demostró en el Murillo Toro de Ibagué por qué está en crisis.

Pese al revés en su patio, que para algunos haría pensar en que la llave está liquidada, el ‘Vinotinto y Oro’ tiene todo un panorama a favor en la faceta en la que mejor se desempeña: de visita, y tal vez con la recuperación de fichas importantes en su nómina. Será el próximo miércoles 6 de julio (7:30 p.m.), en el estadio Maracaná, en el que la posibilidad de hacer una verdadera proeza se dé. ¿Y por qué no?

Con ímpetu, ese mismo que tuvo en su más reciente presentación como local, nada menos que en la final de la Liga BetPlay 1 2022 ante Atlético Nacional, el ‘Vinotinto y Oro’ salió a plantear su juego ante uno de los ‘pesos pesados’ de Sudamérica. Sin temor, con un sistema defensivo sólido, y las rápidas incursiones por los costados, de a pocos se arrimó a campo carioca, con relativo riesgo.

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A los 5′, la primera incursión en campo ‘rubronegro’ la tuvo el volante peruano Raziel García, pero su disparo se estrelló en un rival, por lo que no tuvo el destino deseado. Y luego, un minuto después, el que dijo presente fue Juan Fernando Caicedo, que tras una definición exquisita la mandó al fondo de las piolas, pero el juez Jesús Valenzuela y el VAR determinaron que había fuera de lugar del ariete.

Pero cuando mejor parecía hacerlo la ‘tribu’ ante su fiel parcial, un remate de Andreas Pereira, salido de todo contexto, puso contra las cuerdas al onceno comandado por el ibaguereño Hernán Torres Oliveros. Un duro castigo para un onceno que había tenido muy buenas maneras y tenía, al menos, con qué haberse ido en ventaja antes que lo hiciera su adversario en el césped del Murillo Toro.

El impacto de Pereira, desde unos 25 metros, dejó inmóvil al guardameta ecuatoriano de los ‘Musicales’, Alexander Domínguez, quien apenas le hizo vista a la pelota. Un descuido en la marca en una sucesión de rebotes, que llevó al contrincante a aprovechar la posibilidad de impactar desde fuera del área e inflar las redes de la portería sur del ‘Coloso de la 37’, para la felicidad de la parcial visitante.

Con todo y ello, el ritmo de los locales pasó a ser frenético y en al menos tres oportunidades se arrimaron con sumo peligro en pro de haber logrado la paridad. A los 20′, con el extremo Luis Fernando Caicedo, ante el golero Santos; y posteriormente sobre los 28′, en una doble acción en la que aparecieron Bryan Rovira y Juan Fernando Caicedo, el ansiado gol estuvo muy cerca de concretarse.

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Y cuando el cronómetro marca los 38′, el que lo intentó fue Jeison Lucumí, quien tras una corta asociación se internó en el área, disparó al arco, pero su impacto se fue apenas desviado del pórtico foráneo. Fue fiel reflejo de un equipo que tuvo las armas para hacerle daño a su adversario, pero no fue capaz de utilizarlas a su favor, en una contienda en la que pudo merecer una mejor suerte.

En el segundo periodo, como se preveía, la intención fue del dueño de casa, ante un contrincante que -a decir verdad- desentonó y en ataque poco o nada propuso. Pese a ello, a los de Ibagué les faltó mayor profundidad en el último cuarto, y el ‘tanque’ del volante peruano Raziel García, quien lo hizo de buena manera en el arranque del primer periodo, se acabó; por lo que vino el recambio.

Y el hombre que encontró ideal para sustituir al ‘Inca’ fue, ni más ni menos, que Daniel Cataño: el mismo el que su yerro le ‘costó’ al club 3,5 millones de dólares y prácticamente la gloria. Sin embargo, la hinchada del ‘Vinotinto’ fue compasiva y respaldó al jugador en su ingreso; como también lo hizo a los 66′ con el atacante Michael Rangel, en lugar de Juan Fernando Caicedo; a quien el gol no se le dio.

Sobre los 73′, Miranda estuvo a punto de convertir, pero su disparo se fue apenas desviado del marco de Santos. No obstante, esa fue su última jugada en el cotejo, pues a los 76′ le dio paso a Álvaro Meléndez. A su vez, Torres ‘quemó sus naves’ y mandó al terreno al ariete paraguayo Gustavo Adrián Ramírez, quien entró por el volante chileno Rodrigo Ureña, a quien le pesó el desgaste físico.

En el epílogo (90′), el que probó de media distancia fue Lucumí, la figura del compromiso, pero apareció Santos para con una providencial atajada evitar lo que pudo ser el 1-1 para los locales y dejara la llave igualada. El pitazo final de Valenzuela, discutido en su presentación, dejó el sinsabor de la derrota, pero también un hálito de esperanza de que una remontada épica puede ser posible.