Diego Armando Maradona debutó con solo 15 años en Argentinos Juniors y de inmediato llamó la atención. Uno de los golpes más duros para el habilidoso jugador fue cuando César Luis Menotti lo dejó por fuera del Mundial de 1978. Al año siguiente, el entrenador sí lo tenía en los planes para el Mundial Sub 20 de Japón. En aquel momento Argentina vivía bajo el régimen del dictador Jorge Rafael Videla.
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En abril de 1979 a Maradona lo citaron para prestar el servicio militar obligatorio, lo que popularmente denominaban ‘Colimba’ (corra, limpia y barra). Esta medida llevaba desde 1901 en el país para jóvenes entre 18 y 21 años. No fue casualidad que justo en ese momento llamaran a Maradona.
“Te vemos con el cabello corto, ¿estás realizando el servicio militar?”, le preguntó un periodista al jugador.
“Sí, hace dos semanas que ingresé y estoy muy contento porque me han tratado muy bien, pero siempre tratando de cumplir lo más que puedo. Me dan libertad como para venir a los entrenamientos e ir a la selección”, respondió el ‘10’.
Desde niño, Maradona usaba un cabello largo y despeinado por lo que lo llamaron ‘pelusa’ y era extraño verlo con ese nuevo look. Gabriel Corrado, reconocido actor, compartió con Maradona y recordó que el futbolista llegó manejando un ‘Coupe Taunus’:
“Era el auto de moda en Argentina, el auto deportivo de esa época. Llegó manejando Maradona. Él era joven, pero ya era una estrella. Estaba el comentario de todo el mundo que estaba fascinado”. A Maradona le daban permiso para todo, pero no perdían oportunidad de tomarle fotos con el uniforme en el Regimiento N°3 de Infantería de la Tablada.
Juan Simón, Gabriel Calderón, Osvaldo Escudero, Sergio García y Juan Barbas fueron otros futbolistas que iban al Mundial Sub 20 y prestaban el servicio. Todo esto no era casualidad, en 1979 se hicieron más fuertes las denuncias contra el régimen militar por violar los derechos humanos y el mundo estaba poniendo los ojos en Argentina. Con Maradona usando el uniforme buscaban lavar la imagen de los militares.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) iba a llegar a Argentina el 6 de septiembre, justo un día antes de que se jugará la final del Mundial Sub 20. Comandada por Maradona la selección ‘Albiceleste’ fue campeona del mundo ante la Unión Soviética y por las calles se veían posters de la bandera del país con la frase: “Los argentinos somos derechos y humanos”. Todos los tiempos coincidían casi perfectamente para que Videla pudiera distraer la atención por medio del fútbol.
Jorge Videla recibiendo a Maradona tras ganar el Mundial Sub 20
El dictador llamó al crack públicamente: “Diego Maradona, aquí le habla el general Videla desde los estudios de ATC Color. Quiero hacerle llegar a usted en nombre del pueblo argentino, que está volcado en las calles gritando ‘Argentina’, mi más cordial saludo por la destacadísima actuación que le cupo…ese sentimiento de equipo que nos muestran lo que pueden todos los argentinos cuando se deciden a trabajar juntos…los jóvenes ven en ustedes una juventud optimista, una juventud que quiere mirarse al futuro con amor, con esperanza y con fe”.
Varias veces Maradona le fue esquivo a esos reconocimientos públicos de Videla, pero como capitán debió hablar: “Muchas gracias por todo lo que dijo y es un orgullo que tengamos la felicitación de nuestro presidente, pienso que este triunfo es para usted y para todos los argentinos”.
Menotti se quedó en Europa y Maradona encabezó la llegada de la delegación a la Casa Rosada: “Yo tenía el pelo largo y me puse gomina para que no se diera cuenta. Cuando me vio Videla me dijo que lo primero que tenía que hacer era ir a la peluquería porque un soldado suyo no podía tener el pelo largo. Un vigilante y un botón”, recordó Maradona al que ya le había crecido el pelo.
La CIDH estuvo hasta el 20 de septiembre y recibió 5.580 denuncias. Además, tomaron declaraciones de presos políticos en las cárceles. Al mismo tiempo Maradona pidió la baja militar, como la CIDH ya no estaba se la aceptaron y terminaron el ‘show’ del futbolista vestido de militar. La visita del a CIDH permitió que se liberaran a algunas personas y en el informe final que se presentó en abril de 1980 se legitimaron las denuncias por lo que se desprestigió aún más la dictadura.
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