No hay ninguna diferencia entre la Colombia que fue designada para organizar el Mundial de 1986 y la de 2019. En ese entonces, el país tuvo que cederle ese honor a México porque no cumplía con las exigencias mínimas que debe garantizar un país que quiera ser sede del torneo, y ahora se va a presentar como candidato a albergar el Mundial del 2030, sin importar que tampoco cumple con muchos requisitos primarios.

Los estadios de Colombia sufren un retraso importante y el peor enemigo para la candidatura que tanto está promoviendo el gobierno de Iván Duque es el tiempo. La Fifa tendrá que elegir el o los países sede del Mundial del 2030 en el 2022. Es casi imposible que, en solo tres años, el país dé el salto de calidad tan grande que tiene que dar para ser un candidato real a organizar un Mundial.

Solo basta revisar la ‘Guía sobre la selección del organizador de la Copa Mundial de la Fifa’ (la puede encontrar aquí) para darse cuenta de que es imposible que Colombia, Ecuador y Perú sean designados como sede del Mundial de 2030.

Según ese documento, los estadios significan el 35 % de la decisión de la Fifa en la asignación del organizador de un Mundial. El ente rector del fútbol solo acepta estadios con capacidad mínima de 40.000 espectadores, de los cuales solo hay dos en Colombia: el Metropolitano de Barranquilla y el Atanasio Girardot de Medellín.

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Sin embargo, ese organismo exige un estadio con capacidad para 80.000 personas que albergue el partido inaugural y la final, y dos estadios con aforo para 60.000 aficionados en los que se jueguen las dos semifinales. El Estadio Monumental de Lima (Perú) sería ese candidato para recibir la inauguración y la final ya que su capacidad es para 80.100 personas, pero ni en Colombia, ni en Ecuador, ni en Perú hay otros estadios con aforo para, por lo menos, 60.000 hinchas. No hay escenarios para las semifinales.

El tamaño de los estadios solo es uno de los tantos requisitos que no cumplen las canchas de Colombia, Ecuador y Perú. Por aspectos técnicos y hasta geográficos también luce complicado el panorama: es muy poco probable que la Fifa acepte que se juegue en ciudades por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, y hay varios estadios importantes en estos tres países ubicados en ese tipo de ciudades.

El rubro de transporte y desplazamientos es el segundo que más tiene en cuenta la Fifa para tomar su decisión, con el 13 % del puntaje. Los candidatos deben garantizar aeropuertos internacionales de gran envergadura, y redes de transporte que conecten a las ciudades en las que se va a jugar y que aseguren que ellas no estarán colapsadas por la presencia de los millones de aficionados visitantes, como trenes, tranvías y metros. Colombia no cumple ese requisito primordial. En Bogotá ni siquiera se ha definido cómo se construirá una línea de metro y en otras ciudades como Barranquilla no hay mayor preocupación por construirlo.

Hay otro aspecto complicado de satisfacer: numerosos campos de entrenamiento y hoteles de concentración. Cada candidatura debe presentar 72 propuestas para cada uno de esos dos rubros.

Lo anterior evidencia que los gobiernos de Colombia, Perú y Ecuador están vendiendo falsas ilusiones al postularse como sedes del Mundial del 2030. De hecho, Argentina y Uruguay también quieren organizarlo a manera de homenaje por los 100 años del torneo, del que ellos oficiaron como anfitriones en su primera edición (1930). En un posible mano a mano contra los países del Río de La Plata, no hay mucho con qué competir.

A continuación, dos imágenes tomadas de ‘Guía sobre la selección del organizador de la Copa Mundial de la Fifa’ que muestran cada aspecto que revisa ese organismo para considerar viable una candidatura a ser sede del torneo y algunos de los detalles que se tienen en cuenta con los estadios y escenarios deportivos.

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