La estadía de Francisco Maturana y el ‘Bolillo’ Gómez al frente de la Selección Colombia siempre estuvo enmarcada por la polémica con los periodistas. Los entrenadores convivían con el estigma de “la rosca del paisa” donde sus críticos aseguraban que solo les daban prioridad a los jugadores antioqueños y de Atlético Nacional. En algún momento parte del periodismo se dividió entre los pro-Maturana y anti-Maturana.

Carlos Antonio Vélez lo catalogaban como un periodista a favor del cuerpo técnico, mientras que Hernán Peláez varias veces estuvo vetado por Maturana. A finales de 1992 ‘Pacho’ aceptó volver a la Selección Colombia luego de su paso por Real Valladolid y América de Cali. Varios de los periodistas deportivos más reconocidos del país se reunieron con el cuerpo técnico e hicieron una especie de acuerdo para no entrar en tantas discusiones.

(Vea también: L. Caicedo puso a soñar en grande a Vélez, que lanzó propuesta para Selección: “Piénselo”)

Uno de los mejores años de la Tricolor fue 1993 al ser tercero en la Copa América de Ecuador y clasificar a USA 94 tras una histórica goleada a Argentina en el Monumental de River Plate. Todo era optimismo y en 1994 inició un largo cronograma de amistosos previo al Mundial. En enero derrotaron a Venezuela y luego viajaron a Jeddah para enfrentar dos veces a Arabia Saudita. Tras el partido contra Argentina la selección ‘cafetera’ era el equipo de moda en el mundo.

En uno de los entrenamientos el ‘Bolillo’ Gómez retó a los periodistas a jugar banquitas ante él, Maturana y otros integrantes del cuerpo técnico. Hernán Peláez, Carlos Antonio Vélez, Oscar Restrepo, William Vinasco, Germán Blanco y Henry Agudelo vencieron 6–3 a ‘Bolillo’ y su combo. El antioqueño antes del cotejo les había dicho que eran unos viejitos y unos troncos. Aparte de todo ese 3 de febrero el ‘Bolillo’ cumplía 38 años y le amargaron el cumpleaños.

El asistente de Maturana se enojó bastante y les recriminó a sus compañeros de equipo por haber perdido ante esos rivales tan malos. Mientras tanto varios jugadores de la Selección Colombia se burlaron de sus entrenadores. Más allá de la bronca del momento la actividad sirvió para consolidar esa buena relación entre periodistas y cuerpo técnico, algo que 6 meses después se destruiría tras el fracaso en el Mundial.

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Lo curioso fueron las palabras de Leonel Álvarez tras el partido de banquitas que parecieron premonitorias: “Este partido nos deja a todos una enseñanza. Uno nunca se puede confiar en que el rival es malo o que es menos que uno. Y ahora que han surgido tantos elogios para el fútbol colombiano, esa recochita entre ustedes nos sirve más que nunca para pensar que el Mundial de Estados Unidos debemos tener la cabeza y los pies muy bien ubicados”.