La pandemia dejó la salud mental con cifras preocupantes. Por ejemplo, aumentaron en un 25 % los diagnósticos de la ansiedad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Ocurrió lo mismo con las crisis de pánico, que según indica María Mercedes Uribe Isaza, directora del programa de Psiquiatría de Uniremington, son más frecuentes en la época de pospandemia.

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Dar claves sobre qué hacer si tiene un ataque de pánico se hace imprescindible en la actualidad al igual que una guía que le funcione a las personas que estén en una situación en la que alguien más experimente una de estas crisis.

Los ataques de pánico son momentos repentinos de emociones intensas como el miedo, pánico y la ansiedad y suelen abrumar a las personas. Mercedes Uribe explica que las crisis son inmotivadas y no hay algo específico que las genere. Suelen ser autorresolutivas (se disipan solas) y normalmente tienen una duración de intensidad alta entre 10 a 15 minutos.

Algunos de los síntomas iniciales son la aceleración del corazón, abundante sudor, confusión y temblor. “Si observamos que la persona está respirando rápidamente, lo mejor es blindar con una bolsa de papel para que respire dentro de ella y no ocurra la hiperventilación, porque eso puede afectar la funcionalidad del paciente”, dice María Mercedes.

Otras pueden llegar a sentir dolor en el pecho y sensación de desapego de la realidad o de sí mismas, como si no estuvieran allí. Si en un momento determinado identifica alguno de estos síntomas es importante reconocer que está a punto (o ya está) teniendo un ataque de pánico y la primera recomendación es respirar profundamente para que el cuerpo se relaje, cerrar los ojos o encontrar un objeto de enfoque para centrar la atención en él.

¿Y si estoy con una persona que experimenta un ataque de pánico?

El psicólogo Mauricio Gómez del Hospital Digital de la Facultad de Medicina de la U de A, explica que los primeros auxilios psicológicos son estrategias que se usan para apoyar a la persona que está en crisis. “Estas personas suelen estar en una situación compleja a nivel emocional que no son capaces de abordar solos”, dice.

Desde la psicología hay una estrategia llamada Protocolo ABCDE para aplicar de una manera adecuada los primeros auxilios psicológicos.

A: Escuchar activamente lo que la persona que experimenta el ataque de pánico está diciendo y también estar atento a sus movimientos para así comprender un poco más lo que está pasando.

B: Aprender estrategias de respiración para obtener un resultado de relajación en la persona que está en crisis. Un ejemplo es la respiración diafragmática —respirar lentamente por la nariz y luego exhalar por la boca usando el diafragma—. Una manera fácil de entenderlo es pedirle a la persona que mientras respira infle y desinfle el estómago.

C: Categorizar las necesidades específicas de la persona y jerarquizarlas. Si son más importantes en el momento las físico, mental, emocional. Y qué soluciones puede ofrecerle a la otra persona. Por ejemplo, si la personas está llorando tratar de que se tranquilice, si tiene un pensamiento negativo repetitivo, ayudarle a que se disipe.

D: Derivar a redes de apoyo. Pueden ser familiares, amigos o incluso redes institucionales que puedan apoyar a una persona que se encuentre mal.

E: La psicoeducación es clave para que la persona entienda qué fue lo que sucedió y ofrecer rutas de atención.

El psicólogo Mauricio indica que aunque estas rutas funcionan en algunos casos, hay situaciones que requieren una atención de mayor alcance.

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“Si una persona tiene ideación suicida requiere de especialistas y debe ser remitida a la atención primaria en salud. Pueden tener trastornos como la esquizofrenia o estar en un estado psicótico con los síntomas activos. Es importante que las personas reconozcan el límite de los primerios auxilios psicológicos e identificar qué casos se pueden atender y cuáles no”.

Lo más importante es identificar los ataques de pánico, actuar en el momento y educarse en este tipo de vivencias, para que así pueda ayudar a otros y a sí mismo por si en algún momento llega a sentirse así.