De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Salud (INS), la cifra por muertes de madres embarazadas a raíz del COVID-19, entre enero y septiembre de este año, llegó a 203, es decir, se registraron 154 decesos más que el año pasado, periodo en el que solo hubo 49 muertes, lo que representó un aumento de 314% en comparación con el 2020. Los datos apuntan a que la población migrante sería la más afectada por el fenómeno.

Uriel Castro, médico auditor de Ecoopos IPS, aseguró, en entrevista para Caracol Radio, que las mujeres en estado de embarazo se encuentran en alto riesgo de contraer el virus tras un miedo latente a los efectos adversos que pueda ocasionar la vacuna a sus bebés, frente a ello, Castro manifestó que “la vacuna no reporta efectos secundarios ni para la madre, ni para el bebé, ni durante la lactancia”.

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En mayo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ya había avisado sobre un aumento en la mortalidad de esta población y en septiembre reportaron que al menos 270.000 mujeres en estado de embarazo enfermaron por COVID-19 y 2.600 murieron en Latinoamérica. El problema es mucho más grave en países como México y Colombia, en donde el virus se convirtió en la principal causa de muerte materna este año.

Respecto a las inmunizaciones de esta población, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, comentó, al periódico El País, de Cali, que en Colombia solo se han vacunado 108.620 mujeres embarazadas, con corte al 25 de septiembre, de una población estimada de 450.000 mujeres.

“Hay que buscarlas y programar el control prenatal para la vacunación de COVID-19, no es que lleguen por demanda. Este es un llamado de urgencia”, comentó Ruiz.