El libro de Ortega, ‘El camino sencillo’, fue lanzado en la Feria del Libro de Bogotá, y también fue sometido a escrutinio por parte de El Espectador, que consultó a los nutricionistas y dietistas de la Universidad Javeriana Catalina Echeverry y Juan Camilo Mesa.

Si bien ambos especialistas admiten que la cartilla de Ortega no es “tan grave” como los consejos que dan otras actrices o ‘influenciadoras’, marcan las falencias en que incurre.

1- Ortega se declara vegetariana-vegana.

Opinión erudita: una dieta vegetariana o vegana no implica, necesariamente, una mejor nutrición.

2- Ortega no advierte que la principal fuente de la vitamina B12 es la proteína animal.

Opinión erudita: cuando se suprime la ingesta de carne se puede dar una deficiencia de esta vitamina. Puede generar la anemia megaloblástica (falta de insumos para fibras musculares y problemas con el calcio). Sugiere hacer estas dietas con suplementos o aumentos enriquecidos en vitamina B12, con asesoría médica.

Lee También

3- Ortega (como muchos en el mundo ‘fitness’) usa el término “desintoxicar”.

Opinión erudita: “Es un concepto supererróneo. Mientras a uno le funcionen de manera correcta el hígado, los riñones y los pulmones, no hay intoxicación. Este término no existe desde la nutrición y la alimentación y se usa tanto que las personas terminan tomando batidos o haciendo dietas extremas dizque para desintoxicarse”.

4- Ortega aconseja en sus recetas el uso de miel en cambio del azúcar de mesa.

Opinión erudita: “A pesar de que tiene un origen animal, la miel no es 100 % saludable y su impacto sobre el azúcar en la sangre es igual al del azúcar de mesa. A una persona con diabetes, por ejemplo, no le sirven estas recetas”.

5- Ortega aconseja usar linaza en cambio de huevo.

Opinión erudita: “El huevo, después de la leche materna, es el mejor alimento de la tierra y no hay manera de sustituirlo, empezando por la proteína. En este tipo de declaraciones hay mucho riesgo, porque luego llegan los pacientes a consulta con muchas deficiencias porque quieren imitar estilos de vida que no funcionan para todos”.

El Espectador asegura que consultó al equipo de comunicaciones de Ortega para conocer su opinión sobre las críticas de los expertos y saber cuáles fueron sus fuentes científicas para escribir el libro. “Explicaron que ella no hablaba al respecto. Que, así como lo advierte en el libro y lo ha dicho en distintas entrevistas, ella siempre aclara que no es nutricionista ni especialista en salud, sino que simplemente está compartiendo su experiencia”, dice el diario.