De haberse presentado las falencias periodísticas que le señala Ortega a María Mónica Monsalve, autora del artículo ‘Los errores nutricionales del nuevo libro de Margarita Ortega’, se habría configurado una evidente ligereza.

Ortega asegura, en medio de “un muy profundo dolor y disgusto”, que el texto de Monsalve “está lleno de tergiversaciones, sesgo y mentiras”.

Si bien el método de exposición de la también actriz es refutar una a una las afirmaciones de Monsalve, también revela que tuvo una comunicación telefónica con ella, de la cual se extraen afirmaciones que dejan en entredicho el rigor del artículo que cuestiona el libro de Ortega.

“Cuando […] le pregunté a la periodista por ese aparte donde ella dice que yo por contar […] que soy vegetariana, induzco a la gente a serlo, ella me responde que como yo decido contarlo la gente va a ‘pensar’ que eso es lo que yo pretendo con el libro”, lamenta Ortega. “Sin duda alguna esto es un supuesto de la señora y es su opinión más no es algo que yo haga en el libro. […] No hay un solo renglón que así lo diga, que yo les indico a los lectores que deben ser vegetarianos. Muy por el contrario, los exhorto a ser siempre buscadores responsables y consumidores conscientes”.

Ortega también dice que cuando le preguntó a Monsalve por qué debería decirle a la gente que “se suplemente” con vitamina B12, su respuesta fue: “Porque usted es vegetariana, lo dijo, y escribió un libro sobre alimentación y por ende la gente ‘supondrá’ que es lo que debe ser, vegano, y usted debía decirlo”. Para Ortega, ese es un “craso error que demuestra que la periodista no leyó el libro”.

En otro aparte de su carta a El Espectador, Ortega comenta otra afirmación de Monsalve en su artículo, según la cual Ortega “dedica la mayoría de las páginas a dar un discurso sobre cómo ‘curar el alma’ y enumerar una serie de mantras para encontrar la paz espiritual, ‘peros’ que pertenecen a otro debate”.

Margarita Ortega

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“Cuando le pregunté a la periodista sobre este punto ella me dijo: ‘Yo no leí ese pedazo espiritual porque eso a mí no me interesa y yo estoy a cargo de manejar artículos desde la parte científica’”, vuelve a lamentar Ortega.

“No quisiera sonar impertinente con la pregunta, pero ¿En qué universidad del país se ofrece la formación en periodismo científico? ¿Es esa su especialidad? Lo desconozco y por eso mi curiosidad. Les ruego perdonen mi ignorancia. ¿O es la periodista bióloga, ingeniera de alimentos, médica?”, se pregunta Ortega. “En verdad no quiero ser chocante pero quisiera saberlo, ya que durante la conversación ella me recalcó el hecho científico varias veces, supongo que al ser ese su cargo tienen estos avales para exponerlo y denunciar lo que ella llama mis ‘mantras’ para curar el alma”.

Varias líneas más abajo, Ortega pone el dedo en la llaga, pues cuenta que al preguntarle a Monsalve de dónde sacaron los dos especialistas que ella consultó, las afirmaciones que le adjudican a la presentadora, la periodista de El Espectador respondió, “con gran desparpajo”, que a ellos se les enviaron unas recetas.

“¿Sólo unas recetas?”, dice Ortega que le preguntó a Monsalve. “¿Y el resto del libro? ¿Cómo pueden poner en mi boca afirmaciones que no he hecho, cosas que no he dicho si no leyeron el libro?”. Y agrega que Monsalve le contestó: “Para eso les enviamos las recetas”.

“¿Sin contexto?”, se vuelve a preguntar Ortega, con razón. “Le pregunto yo a usted, quien está a cargo y cree en el trabajo responsable de sus periodistas ¿Esto es en serio o es parte de una broma pesada?”.

También dice que Monsalve “se equivoca” al escribir en su artículo, “a través de la voz de un nutricionista”, que Ortega les dice a los lectores que usen miel. “[…] La frase expuesta en el artículo es mal intencionado y desinformado [sic]. La verdad es que en este punto, ya con una sonrisa, le repito, aquí no hubo la más mínima investigación. Cuando le hablo a la señora al respecto ella me dice: En eso sí me equivoqué; si usted quiere rectifico lo de la miel”.

“Quisiera que me respondiera seriamente la periodista dónde le digo yo a la gente que deje de comer huevo y que lo reemplace por linaza”, sigue Ortega al refutar otra de las afirmaciones de Monsalve, esta vez sobre el huevo. “Cuando se lo pregunté me dice: Usted lo pone en una receta”, pero Ortega aclara que lo mencionó “como un ingrediente”.

“No hay un solo renglón en el que la linaza no sea otra cosa en mi libro que un ingrediente en una receta”, insiste Ortega. “Pero, claro, como a los pobres nutricionistas que llamaron para el linchamiento no les dieron sino un par de recetas y ninguna opción distinta a hacerse nombre por aparecer en su respetado periódico hablando de lo que no sabían porque la periodista no les dio la información completa…”.

En la parte final de su diatriba (de más de 4.200 palabras), Ortega hace un llamado. “Por favor no acaben sin justificación con mi trabajo porque detrás de mi esfuerzo hay cualquier cantidad de personas que hacen parte de este labor titánica que significa editar e imprimir un libro, contando con todas las personas de la Casa Editorial El Tiempo, en cuya seriedad, transparencia y profesionalismo confío, […] de quienes dudo tengan tan poco sentido común como para publicarle a una persona completamente incoherente, irresponsable, avivata, payasa y loca tal cual se me retrata a través de ‘El camino sencillo’ en este artículo”.