Según el portal ABC de España, el fenómeno se puede comparar a cuando se hierve agua y empiezan a aparecer las burbujas, rebasan el borde del recipiente, luego se apaga y van disminuyendo; eso es más o menos lo que experimentará el sol.
El ciclo que se avecina será el más débil de los últimos 200 años y le dará inicio a descensos de temperatura considerables en la Tierra. También habrá cambios metereológicos abruptos que podrían desembocar tormentas violentas que llegarían a “dejar devastadores daños”.




La formación de las nubes se podría ver afectada y con esto se presentaría una transformación en la atmósfera superior, lo que cambiaría la química del ozono (la capa que protege a la Tierra). Además, se fortalecerían los huracanes y transformarían los patrones de lluvia de los cultivos.
“El hecho de que el Sol lleve varios ciclos con una actividad relajada ha hecho a muchos sospechar que nos dirigiríamos hacia una pequeña Edad de Hielo o ciclo Maunder, etapa en la que apenas se aprecian manchas solares”, explicó ABC.
El verano que se experimentará este 2019 será uno de los más cálidos que se hayan registrado, mientras que el que llegará en 2020 será más llevadero. Todo lo anteriormente dicho podría ser una respuesta a las descomunales tormentas de granizo que se han registrado en Rumania y Estados Unidos.
Sin embargo, cabe aclarar que los cambios no solo serán climáticos, pues se pronostica un cambio de polos del astro (el norte será el sur y viceversa), y se alterará la energía eléctrica y el funcionamiento de los dispositivos satelitales.
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