El acoso escolar o ‘bullying’ (termino en inglés), es un fenómeno común en los entornos escolares de nuestros países de la América Latina y el Caribe, que afecta por igual a niños y adolescentes sin distinción de edad, etnia o nivel socioeconómico.

Tanto si supone violencia física, psicológica o ambas, el acoso escolar tiene un impacto significativo de corto, mediano y largo plazo en la vida de los niños y adolescentes involucrados, ya sea como agresores, víctimas u observadores.

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Este tipo de violencia es relevante porque afecta negativamente a la víctima, disminuyendo su autoestima y confianza, lo que puede conllevar a que padezcan de frecuentes estados de ansiedad, depresión, autoagresión e incluso conducir al suicidio.

“Una de las preocupaciones importantes y significativas que tienen ahora los padres de familia y que tenemos los colegios es lo que se llama el fenómeno del acoso, o usando la palabra inglesa del ‘bullying’, que se refiere a una relación no sana entre 2 estudiantes o entre un grupo de estudiantes”, explica Rosita Caro, fundadora y directora del Colegio Hacienda Los Alcaparros, filósofa de la Universidad del Rosario y especialista en Prácticas Colaborativas.

¿Cómo identificar el ‘bullying‘?

“En general reunimos 5 características de lo que es acoso. No quiere decir que, si solo hay 2 o 3 características no hay ‘bullying’, sino que son los indicadores generales para poder identificar que se está forjando un espacio no sano”, aclara Rosita.

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1. Hay una diferencia significativa de poder

“Por ejemplo cuando un niño más grande molesta a otro más pequeño o se reúnen entre 3 para molestar a uno solo, hay una marcada diferencia de poder”, afirma la directora.

El primer indicador de que se está creando un escenario en el que podría haber acoso es que haya un desequilibrio evidente en el poder, por lo que “los juegos o chistes” nunca serán parejos, sino que habrá uno a quien se dirige el acoso, al estar en desnivel.

2. Es repetitivo

“Es posible que se dé una situación incómoda, pero que suceda una sola vez. Por ejemplo, que me molestaron durante el recreo o que se burlaran de mi tarea, no significa que haya ‘bullying’, sino que hace parte de otros procesos de convivencia”, aclara Rosita Caro.

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Sin embargo, si este escenario incómodo se convierte en un patrón en la relación, de hacerlo constantemente, sí podemos hablar de que es bullying. “Además si ese patrón es sistemático, es decir, siempre me molestan a mí o siempre lo molestamos a él, se va completando ese ambiente de acoso”

3. Se mantienen unos roles definidos

También se puede presentar la situación de “juego brusco” que se puede confundir con el comienzo de acoso, pero no lo es.

“A veces sucede que me molestan a mí, pero yo también molestó a otros y hay como ese juego que pareciera un ambiente acosador, pero realmente es un ambiente de un juego pasivo agresivo (que también se puede intervenir) pero no es necesariamente un ‘bullying’”, explica la educadora.

Pero si siempre los roles se mantienen (unos son los que molestan y otros son los agredidos) sí se puede estar forjando un ambiente no sano.

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4. La agresión es intencional

“Es decir se ponen de acuerdo, se cruzan miradas y en esas miradas rápidamente deciden caerle a la personita que está haciendo acosada”, afirma Rosita.

Si hay una razón de ser detrás de esas agresiones, como hacerlo sentir mal con su apariencia, que ceda a alguna petición, etc., sí hay una intención, por lo que sí puede haber ‘bullying’.

5. La víctima es vulnerable

Generalmente en una situación de acoso, el agresor selecciona a su víctima buscando alguna característica o “debilidad” que puede aprovechar a su favor para que sea vulnerable ante sus agresiones.

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“Si el niño que está siendo acosado de alguna manera no tiene cómo defenderse, es decir, es una persona que efectivamente tiene una vulnerabilidad, sí estaríamos hablando de ‘bullying’”.

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Es importante recalcar que en el tema del acoso escolar no debe tener estas 5 características para que llame nuestra atención, sino que una sola ya es alerta para prestar atención a lo que esté sucediendo e intervenir a tiempo.

El ‘bullying’ es como un virus de computador: todo parece estar bien y de pronto nota algo extraño, que en el momento deja pasar, y cuando menos se da cuenta todo desapareció o todo está infectado y es mucho más difícil de reparar”, explica Rosita Caro.