Shane Brown, de 26 años, fue el encargado de grabar todo el suceso y cuenta que cuando vio al cefalópodo nadando junto de la mujer intentó acercarlo un poco más para lograr mejores tomas, asegura el medio Daily Mail.

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Con lo que no contaba este par es que el animal se sujetaría, al principio, de la cadera de Grubb para después enrollarse en su pierna derecha y se quedarse ahí tranquilo mientras ella posaba para la cámara.

La mujer describe esta experiencia como “maravillosa”, algo parecido a un masaje y aseguró que al final acercaron al pulpo a un lugar seguro, cerca a un arrecife, indica el portal informativo.

El fotógrafo ha tenido otros encuentros cercanos con estos octópodos.