
Lo que inició como parte de una tendencia divertida en redes sociales terminó convirtiéndose en una lección sobre los límites en el entorno laboral. A principios de junio de 2025, surgió en TikTok el reto llamado ´Escucho, pero no despido’.
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En este ‘trend’, empleados compartían con sus jefes situaciones que habían tenido que ocultar por temor a sanciones, exponiéndose a posibles consecuencias por confesar errores cometidos en el trabajo.
El caso que más llamó la atención se volvió viral rápidamente en Colombia debido a su inesperado desenlace. Un grupo de empleadas decidió participar en la dinámica, grabando un video en el que confesaban ante su jefa acciones que, en otras circunstancias, podrían haberles costado el empleo.
Las dos primeras compartieron situaciones menores, provocando risas entre quienes veían el video. Sin embargo, la tercera participante admitió una falta de mayor gravedad:
“Una vez le cobré menos a un cliente y tuve que modificar la factura para que no se dieran cuenta”, relató ante sus compañeras y su supervisora.
Esta admisión causó sorpresa e incomodidad, ya que alterar una factura equivale a cometer un acto fraudulento dentro de la empresa. Poco después, en un video posterior publicado en la misma plataforma, la jefa aseguró que la empleada ya no continuaba en la organización.
Además, informó que el caso fue tan delicado que se tuvo que contactar a la Policía para que se hiciera cargo de la empleada por la presunta comisión de un delito relacionado con la manipulación de documentos.
@dimakimport Final inesperado 😅 #trabajo #compañeras #escuchamosynojuzgamos #fyp #paratiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ♬ sonido original – dimakimport
Reacciones al caso de mujer despedida luego de reto “escucho, pero no despido”
La publicación del video provocó un gran revuelo en TikTok y otras plataformas, desatando una avalancha de comentarios. Mientras algunos internautas respaldaron la decisión de la jefa, argumentando que los actos fraudulentos deben tener consecuencias, otros consideraron que la medida fue excesiva, recordando que la intención original del reto era no despedir a nadie, tal como lo indicaba su premisa.
Entre los comentarios destacados se leía:
“La gente no entiende que alterar una factura es un delito y no puede pasar por alto”,
mientras que otros más críticos señalaban:
“Escucho, pero no despido, y la terminaste despidiendo al final”.
Estas opiniones reflejan la diversidad de posturas frente a la ética laboral y al impacto real de las dinámicas virales en el trabajo.
¿Era una estrategia de marketing?
Sin embargo, lo que parecía un despido por causa grave tuvo un giro inesperado. Días después, otro video publicado en la misma cuenta desmintió la situación.
La historia de la empleada despedida y llevada por la Policía resultó ser parte de una estrategia de mercadeo diseñada para provocar conversación y captar la atención del público. Ninguna de las personas involucradas perdió su empleo realmente, según recogió Blu Radio.
Este caso viral deja varias lecciones sobre los alcances de las tendencias en redes sociales y sobre la importancia de la honestidad y los límites en el contexto laboral, recordando que no todo lo que se ve en internet es necesariamente cierto.
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