Durante una rueda de prensa celebrada en la sede de esta agencia, el experto presentó su informe basado en la información de empresas líderes en seguridad informática, tales como Symantec y Webroot (EE. UU.), NTT Security (Japón) y CNCERT/CC (China).
“Es una demostración clara de que EE. UU. y la Unión Europea son la fuente principal de las actividades malignas”, comentó Murashov.
A EE. UU., que ocupa la primera posición de la lista, le siguen Francia y Países Bajos.
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El experto señaló que los proveedores de programas informáticos, en su mayoría, no responden por la seguridad y la fidelidad de sus productos, a pesar de que las vulnerabilidades permiten desarrollar nuevos virus para lanzar ciberataques a gran escala.
Murashov lamentó que otros países no secunden a Rusia que criminalizó la creación de programas maliciosos.
“Pocos están siguiendo nuestro ejemplo. El desarrollo de programas maliciosos no está prohibido prácticamente en ninguna parte. Más aún: delegados de Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea se oponen en los foros de ciberseguridad internacionales a la aprobación de recomendaciones para criminalizar esta actividad”, dijo.
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