Según dice, hace unos días puso su cara para volverse viejito a través de esa herramienta. Sin embargo, un amigo suyo leyó bien los términos y condiciones de la aplicación y logró descubrir varias cosas que el mismo Luis Carlos quiso dar a conocer a sus seguidores en esa red social.
“Básicamente le regalé toda mi información privada a una empresa para que la comercialice y sepa directamente el vínculo entre mi cara y toda mi información. La borré. No sé si sirva de algo, pero caí como un completo borrego. Cuidado!”, alertó el periodista.
Como Luis Carlos Vélez, miles de personas en Colombia y en diferentes países están usando FaceApp para transformar las fotos de sus rostros y volverlos más viejos. Lo que muchos desconocen es que se trata de una herramienta que tiene una política de privacidad muy estándar y que permite que la información privada de los usuarios quede expuesta.
El problema con esta aplicación es que su política de privacidad es tan básica que no está claro lo que realmente pasa con los datos de los usuarios. Y aunque puede que en el momento no pase nada, no es posible saber si podrían en un futuro utilizar estos datos masivos para su beneficio, según La Nación.
Hay que recordar que esta aplicación usa redes neuronales para escanear las caras y hacerlas más jóvenes, viejas, cambiarlas de género o volverlas más bellas. Sin embargo, algunos usuarios no han pensado que la ‘app’ puede usar sus datos personales para desarrollar herramientas de reconocimiento facial, mencionó el mismo medio.
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