
Durante finales del mes de octubre de 2024 se realizó en la sede principal del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena, Austria, la primera conferencia internacional sobre pequeños reactores modulares y sus aplicaciones, un espacio para hablar con gran sentido de responsabilidad sobre el impacto que puede tener la energía nuclear en la mejora de la salud pública a través de la producción de radio fármacos, elementos fundamentales para la detección y tratamiento de cáncer, investigación sobre el Alzheimer y otras enfermedades.
Los usos no eléctricos de la energía nuclear ayudarán al control de plagas, control fitosanitario de alimentos y bebidas, producción de hidrógeno rosado a unos costos competitivos, potabilización y desalinización de agua, lo cual no es nada nuevo. Esto se está haciendo en otros países hace casi cuatro décadas, en centrales tales como: Takahama 3,4 (1985) en Fukui, Japón; Diablo Canyon (1986) en San Luis Obispo, USA; Ohi 3,4 (1991) en Fukui, Japón y Karachi (2010) en Karachi, Pakistán, solo por nombrar algunas plantas que desde la década de los ochenta tienen una operación segura y estable de reactores nucleares para usos no eléctricos.
Se resalta el intercambio abierto y transparente de información en el sector nuclear a través del OIEA, algo que ha permitido construir desde la experiencia de otros, y de esta manera mejorar los estándares de seguridad, incorporando menores tiempos de fabricación, modularidad e inclusión de elementos de seguridad pasiva, entre otros beneficios.
De manera presencial la conferencia contó con más de mil trescientos cincuenta (1350) asistentes de noventa y cinco (95) países (ver figura) con una logística impecable en los edificios de las Naciones Unidas. Fueron aceptados 307 papers para ser presentados durante la conferencia, estos tuvieron la siguiente distribución global: 38% de Europa, 24% de América, 21% de Asia, 10% de África y 7% de otras latitudes, permitiendo de manera natural el “armado de un gran rompecabezas”, develando un mayor valor para diseñadores, constructores, operadores, desarrolladores y, en general, para toda la comunidad científica y académica.
El licenciamiento de los pequeños reactores modulares tiene una estricta metodología que incluye una Valoración Probabilística de la Seguridad (por sus siglas en inglés, PSA), lo cual está innovando y mostrando la nueva era nuclear para energizar el mundo de manera segura. Esto requiere una armonización de toda la cadena de valor para transformar realmente el mundo futuro que queremos y así usar de manera segura la fuente de energía nuclear que tiene las menores emisiones de CO2 y el menor impacto en el uso de tierra, muy importante en estos tiempos para no perder la seguridad alimentaria.

Como estudiante de la Maestría en Energías Renovables de la Universidad del Rosario y junto con mi director de tesis, David Galeano, tuvimos la oportunidad de presentar en Viena nuestro paper llamado “Pasado, Presente y Futuro de la Energía nuclear en Colombia para el despliegue de un Pequeño Reactor Modular.” Esto nos permitió interactuar con profesionales del sector nuclear de diferentes países y así desde lo general a lo particular, construir nuestro propio conocimiento en beneficio propio y de Colombia, donde se siguen dando escenarios para hablar sobre la energía nuclear.
El pasado 26 de noviembre de 2024 tuvo lugar en Medellín, el Primer Congreso sobre Energía Nuclear en Colombia, con expertos internacionales como Lars Van Dassen, Director Ejecutivo del Instituto Mundial para la Seguridad Nuclear (por sus siglas en inglés, WINS); Shirly Rodriguez Rojas, Asesora de Ciencia, Ingeniería y Tecnología Nuclear para Booz Allen Hamilton en ARPA-E del Departamento de Energía de EE.UU.; Hyojin Kim, Director Adjunto de Nuevas Centrales Nucleares de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (por sus siglas en inglés, WANO), German Guido Lavalle, Presidente de la Comisión Nacional de Energía Atómica de Argentina (CNEA); Lisandro Pérez, socio y líder de la práctica de energía de Kearney para Iberia (KEARNEY), quienes junto con expertos nacionales abordaron temas sobre, marco regulatorio, nuevas tecnologías, y, en general, sobre la generación de núcleo electricidad que se ve como una fuente directa, eficiente, confiable, sin ser la única disponible para diversificar la matriz energética.
La construcción colectiva de conocimiento seguirá siendo una poderosa herramienta para romper mitos, paradigmas y, sobre todo, para informarse responsablemente, usando fuentes científicas, oficiales y verídicas que permitirán a los colombianos descubrir por sí mismos, qué fuentes energéticas necesita Colombia para no depender de variables climáticas y, a su vez, contribuir a la mejora del medio ambiente a través de una transición energética con significativa reducción de emisiones.
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