En desarrollo de esos estudios de posgrado, la ingeniera Andrea Galvez estuvo en el grupo de investigación y terminó en la parte clínica que desarrolló una tecnología que permitió a tres personas parapléjicas volver a caminar, montar en bicicleta y hasta nadar, un hecho que fue noticia mundial esta semana.

Los tres pacientes que no podían mover ni sentir las piernas volvieron a caminar gracias a un implante que estimula eléctricamente su médula espinal, un avance que podría generalizarse en unos años, según un estudio publicado el lunes en la revista Nature Medicine.

Sobre lo que significó ver ese avance, Galvez dijo en Caracol Radio: “Siempre es un momento muy emocionante. Lo compartimos con los pacientes que normalmente están acompañados por sus familias. Es nuestro motor, que nos ayuda a desarrollar todas estas técnicas de rehabilitación”.

Los tres pacientes, todos hombres, no solo no podían mover las piernas, sino que habían perdido toda la sensibilidad en ellas como resultado de accidentes que dañaron su médula espinal.

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Normalmente nosotros, al caminar, nuestro cerebro envía señales a través de la médula espinal, y estas señales van enviadas a nuestros músculos de las piernas que nos permiten caminar”, explicó la ingeniera en la frecuencia radial. “Esas señales son las que controlan toda la activación secuencial de los músculos. Cuando hay una lesión en la médula espinal, pues esta comunicación se ve interrumpida y eso hace que haya la parálisis”.

Galvez hace parte del equipo dirigido por la cirujana suiza Jocelyne Bloch y el neurocientífico francés Grégoire Courtine en la Escuela Federal Politécnica de Lausana (EPFL), que implantó unos 15 electrodos que permiten estimular eléctricamente varias zonas de la médula espinal.

¿Qué hacemos nosotros? Hemos desarrollado una tecnología que consiste en la implantación de unos electrodos en la médula espinal. Estimulamos con impulsos eléctricos y hace que estas neuronas se vuelvan a reactivar y así posamos volver a controlar esos músculos de las piernas”, agregó la ingeniera colombiana en la emisora.

En realidad, no se trata de una primicia, sino de la culminación de diez años de tratamientos de este tipo con el objetivo de convertirlos en una terapia que cambie la vida de muchas personas. La idea de enviar una corriente eléctrica para recuperar el movimiento perdido se remonta a varias décadas y se puso en práctica por primera vez en 2011, cuando un parapléjico pudo volver a ponerse de pie.

“Y no solamente las piernas, sino que logramos también tener más control del tronco lo que nos ayuda a la estabilidad de la postura, mejora la calidad de la vida y esto es lo que de pronto han visto en los medios que los pacientes logran caminar mejor y hacer otro tipo de actividades que antes no podían”, precisó en el mismo medio Galvez.

“Nosotros somo un grupo interdisciplinario y trabajamos de la mano con fisioterapeutas todos los días. Entonces, nuestros pacientes se unen a nuestro ensayo cínico y trabajan con nosotros en rehabilitación por seis meses. El trabajo es conjunto. La parte de estimulación eléctrica y toda la parte de rehabilitación que hacemos intensamente todos los días. Es un trabajo en equipo con mucho esfuerzo de los pacientes y eso es lo que hace posible esta terapia de rehabilitación”, concluyó.