Por: El Espectador

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Este artículo fue curado por Marizol Gómez   Ago 16, 2023 - 5:19 pm
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Es probable que, si sabe de la banda Pink Floyd, también ubique una de sus canciones clásicas: “Another Brick in The Wall”. La canción tiene tres partes, siendo la parte dos la más reconocida, pero todas tienen una melodía similar.

Un grupo de investigadores ha reconstruido la canción a partir de las ondas cerebrales de un grupo de personas que escuchaba la canción. Se trata de la primera vez en que se reconstruye una canción reconocible a partir de grabaciones de la actividad eléctrica del cerebro.

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Por medio del uso de inteligencia artificial y de la música los investigadores lograron recrear un audio de la canción, confuso pero reconocible, de la canción. Los resultados fueron publicados en la revista PLOS Biology. Así como la canción también elaborada por inteligencia artificial de Silvestre Dangond y Diomedes Diaz. 

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Específicamente, los investigadores utilizaron y analizaron los datos de 29 pacientes, que estaban siendo monitoreados para detectar ataques epilépticos. Después de todo, el objetivo de los científicos es que, eventualmente, este tipo de avances en la tecnología puedan ayudar a personas que no pueden hablar después de presentar alguna condición médica.

Los pacientes estaban siendo monitoreados por medio de pequeños conjuntos de electrodos, que se ubicaron directamente sobre la superficie del cerebro. El equipo luego analizó las grabaciones cerebrales de estas personas mientras escuchaba un segmento de aproximadamente tres minutos de la canción de Pink Floyd, extraída de su álbum de 1979 The Wall.

Como explicó Ludovic Bellier, neurocientífico cognitivo y autor principal del estudio, a Scientific American “la razón científica, que mencionamos en el artículo, es que la canción tiene muchas capas.  La razón menos científica podría ser que simplemente nos gusta mucho Pink Floyd”.

Después de tener las grabaciones, los investigadores las pasaron por un modelo de inteligencia artificial. Este analizó los patrones de respuesta del cerebro a los distintos componentes del perfil acústico de la canción, como los cambios de tono, ritmo y timbre.

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Otro modelo de inteligencia artificial, después, volvió a ensamblar esta composición, para estimar los sonidos que oían los pacientes. Una vez que los datos cerebrales pasaron por el modelo, la música volvió a sonar. La melodía estaba casi igual y, aunque la letra es confusa, porque suena como si se hubiera cantado debajo del agua, la canción se distingue.

En este enlace del portal especializado Science podrá escuchar a las dos versiones de la canción: la original y la que fue reconstruida a partir de inteligencia artificial. Además de esta reconstrucción, el modelo también determinó qué partes del cerebro respondían a las distintas características musicales de la canción.

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Así, los investigadores encontraron que, mientras que algunas zonas responden al inicio de una voz o un sintetizador, como ciertas partes del centro de procesamiento de audio del cerebro, otras responden con el sonido de zumbidos sostenidos.

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