Las galletas tienen su origen hace más de 10.000 años. Los nómadas fueron sus precursores, ya que en aquella época necesitaban un sustento que los recargara de energía y tuviera la posibilidad de transportarse de forma fácil. El nacimiento de este alimento fue producto de un error a la hora de “cocinar una pasta de cereales a alta temperatura”, dejando como resultado una masa sin levadura y con un aspecto parecido al de un pan.

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Sería en el siglo III en Roma que el chef Apicius le daría vida a esta delicia culinaria, cuando decidió cocinar una masa de cereales por ambos lados, convirtiéndola en una propuesta gastronómica que bautizó como “Bis Coctum” (Galleta). Alcanzó gran popularidad gracias a “Los Médicis”, quienes las servían a sus cortes, catalogándola como un alimento dulce, elegante y muy refinado.

En la actualidad se puede consumir con bebidas, cremas y se han convertido en las favoritas de la repostería para hacer decorados temáticos y con diversidad de sabores como la mantequilla, el chocolate, avena, coco y leche, entre otras.

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Preparación

  • En un tazón agrega la mantequilla derretida, azúcares, sal y vainilla. Mezcla muy bien hasta que todo esté incorporado y agrega el huevo.
  • No olvides batir y cernir la harina con el bicarbonato.
  • Corta el chocolate en trozos grandes y pequeños y agrégalos a la masa junto con los arándanos y la avellana. Refrigera por una hora.
  • Con una cuchara para helado forma las bolitas de las galletas y hornea por 12 minutos a 350°F / 170°C.
  • Deja enfriar y en 15 minutos están listas para disfrutar.

¡Trucos de la abuela!