De él me he leído ‘Soldados de Salamina’ (Tusquets Editores) ‘El impostor’, y ‘Terra Alta’, esta última ganadora del Premio Planeta 2019. Tengo entendido que Anatomía de un instante es una de sus mejores obras, según la crítica y el público, pero – debo confesar – aun no la he leído. 

Sus libros han sido traducidos a más de treinta idiomas y han obtenido numerosos premios nacionales e internacionales, como el Prix Ulysse, el Premio Internazionale del Salone del Libro di Torino, el Premio Friuladria, el Premio Internazionale Città di Vigevano, el Premio Sicilia o el Premio Internazionale Ennio Flaiano.

‘Independencia’ puede ser, o no, la continuación de ‘Terra Alta’ (Planeta, 2019). Lo que sí es cierto es que, en mi opinión, Independencia supera con creces a aquella, y el sabor de su final es francamente exquisito.

Es 2025. Los ricos y poderosos parecen haberse apoderado de todas las esferas, incluida la de la justicia. Bajo la excusa de la historia de un chantaje a la alcaldesa de Barcelona con un video sexual de juventud, en el cual 3 hombres y ella, más quien los filma, parecen participar en un juego en donde no se sabe quién es víctima y victimario, Cercas nos evidencia la verdadera arquitectura del poder patriarcal y político de una ciudad y de una provincia entera sumidas en la corrupción. Sin embargo, no nos encontramos ante una típica novela negra en la que hay un crimen por resolver – o hasta varios en éste caso – en el contexto de determinado ambiente político. Si bien la sombra del Procés, aquel lapsus independentista vivido por Cataluña en 2017, atraviesa la novela entera, la obra se constituye en un profundo estudio de la naturaleza humana, de sus oscuridades puestas en tensión, y, si se quiere, de la ejecución precisa de las leyes de la compensación ayudada de la mano de los hombres. 

Desfilan frases como esta, que desnudan el lado más oscuro de la especie humana: “Mira Denis, nosotros no podemos tener ideales, ni siquiera ideas. Ideas políticas, digo”. O como esta otra: “A los que mandamos. A los que tenemos el dinero y el poder, suponiendo que sean dos cosas distintas. Las ideas son para los intelectuales, y los ideales para la gente humilde; pero, en nuestro caso, serían una irresponsabilidad”.

Sus protagonistas, empezando por el policía investigador Melchor Marín, el que descubre los intríngulis del crimen en Terra Alta, y que es trasladado temporalmente de Terra Alta a Barcelona precisamente para resolver este crimen, han sido construidos cuidadosamente. Desde el capítulo cero, vislumbramos su forma de hacer las cosas. Sabremos, además, que es un lector empedernido, que “los Miserables” de Víctor Hugo constituyen el pilar moral de su conducta, y que solo quiere como destino ser bibliotecario.

El drama personal de Melchor, tanto el del asesinato no resuelto de su madre – prostituta de profesión, como el ya resuelto de su esposa – redentora de vida, su amistad con Vivales, abogado y amigo en vida de su madre, así como la relación padre-hija con Cossette, hacen parte indispensable de la resolución de un nudo que se va complejizando hasta que, como un imán, Melchor es capaz de atraer a las diferentes cuerdas de ese nudo, poco a poco, discretamente, a un epicentro inesperado. 

Por otro lado, Virginia, la alcaldesa es un verdadero camaleón, indescifrable, pero en la novela, asustada. El dúo de hombres que la rodea, Vidal y Casas – su exmarido, cargan con un pasado que ella ha sabido superar llegando al poder con bastante más astucia e inteligencia que ellos. Y está el sinigual Ricky Ramírez, un desencajado social que jugará un papel principalísimo en la historia. 

Una novela hilarante, con prosa trepidante en la que se mezcla magistralmente una trama contemporánea con reflexiones políticas, filosóficas y literarias, en un futuro que parece el presente. De lo mejor que he leído de Cercas. Un libro memorable.

Coda: A partir de hoy y una vez al mes, honraré en mi columna a libreros y libreras que hacen posible que disfrutemos de libros, conversaciones y espacios que no podemos perder. Las librerías independientes ayudan a tejer entre la comunidad conciencia, reconocimiento, inclusión, a formar lectores críticos y nuevos lectores.

En esta ocasión será ‘La librería de Ana’ (www.lalibreriadeana.com), de Ana Oliveros, en Bogotá. Hace más de 20 años Ana comenzó a trabajar en el mundo de los libros. Un día, mientras esperaba con ansiedad en una especie de biblioteca que la entrevistaran para ser jefe de prensa de una editorial española, supo que la haría inmensamente feliz tener una librería. Después de ocupar diferentes cargos y de conocer las variopintas aristas del mundo editorial, un día decidió golpear las puertas para cumplir su sueño. Poco a poco se abrieron.

El 9 de febrero de 2019 abrió la sede del centro comercial Paseo San Rafael, en Bogotá, con cinco editoriales, el asombro y emoción de los vecinos, y la competencia de una feria de libros de saldo en el primer piso. Durante un año trabajó de 4 a.m. a 11 p.m., sin descanso. 

El 2020 llegó con todo lo que conocemos y trabajando día a día para no morir en el intento, Ana y su equipo, lo hicieron con paso firme a través de las redes sociales, haciendo domicilios, eventos virtuales, anchetas, planes, todo lo que se les ocurriera. “Cada día empezamos de nuevo y no hubo un solo día en que nuestros amigos dejaran de preocuparse por nuestra supervivencia”, nos dice.

“En las crisis siempre hay oportunidades, y fue así como el 11 de diciembre de 2020 abrimos la segunda sede de La librería de Ana, esta vez en el centro comercial Parque La Colina. En menos de un mes tuvimos otra cuarentena y ahora parece que vamos para otra. Todavía volvemos a empezar cada día, como el primero.”

El mensaje de Ana vale la pena traerlo en sus propias palabras: “Las librerías como las conocemos son, probablemente un negocio en vía de extinción. ¿Por qué abrir dos? Porque es posible darles vida si se cuenta con el interés real y materializado de los participantes, ha sido plenamente la empresa privada quien apoya estas dos iniciativas y aunque el año pasado obtuvimos una beca de Idartes para programación artística en librerías independientes, hace falta una política de Estado que se proponga conservarlas. No solo en cuanto a la ley del precio único, sino que apoyen su creación con alivios financieros que les permitan sobrevivir teniendo en cuenta la baja rentabilidad que tienen, que apoyen a quienes acepten alquilar a un precio especial sus locales o casas y les sean otorgados algunos beneficios en materia de impuestos, por ejemplo. Es importante que se reconozca que el libro es un bien esencial y se permita que las librerías funcionen durante los diferentes cierres como en el caso de los causados por la pandemia. Esto último se ha establecido en Francia, junto con un modelo de apoyo a las librerías como política de Estado.”

La agenda cultural de la librería es robusta. Hay un club de lectura “Lecturas conversadas” que cada mes se reúne para compartir los diferentes puntos de vista y análisis de una obra literaria. También hay un espacio mensual para conversatorios entre escritores, editores y periodistas, además de conferencias acerca de diferentes géneros literarios.

Ana nos hace sus recomendaciones de libros para el mes de abril, así:

  1. Los abismos, de Pilar Quintana (Alfaguara)
  2. Las inseparables, de Simone de Beauvoir (Lumen)
  3. Cuando éramos felices, pero no lo sabíamos, de Melba Escobar (Planeta)
  4. Recuerdos del futuro, de Siri Hustvedt (Seix Barral)
  5. Las malas, de Camila Sosa Villada (Tusquets)
  6. Memoria por correspondencia, de Emma Reyes (Laguna)
  7. La tiranía del mérito, de Michael Sandel (Debate)
  8. Sam y Leo cavan un hoyo, de Mac Barnett (Juventud) – Literatura infantil
  9. El encargo, de Claudia Rueda (Océano) – Literatura infantil
  10. El deseo de ser inútil, de Hugo Pratt. (Confluencias)
  11. Tesoros Alados (fundación Alas de cristal) – informativo
  12. Los asombrosos trabajos del planeta Tierra, de Rachel Ignotofsky (Nórdica comic) – Libro ilustrado.

Así pues, ego gloriam libris, y a sus guardianes, los libreros y libreras.

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