Cuando Alejandro Palacios le preguntó por su curiosidad e interés por escribir novelas, Alexandra Luque Villa respondió con holgura que se trata de algo que va de la mano con la música, porque para ambos se necesita de imaginación e inspiración; y así con esas palabras fue el comienzo de su primera aparición en la televisión nacional, previo a su presentación en las audiciones a ciegas de La Voz Kids Colombia 2019.

Con 13 años, se presentó a las espaldas de Fanny Lu, Sebastián Yatra y Andrés Cepeda logrando cautivarlos con la interpretación del vallenato ‘Gaviota herida’, del compositor Efrén Calderón Cujía y la cual inmortalizó Diomedes Díaz con su voz, haciendo que los tres jurados del show de talento quisieran contar con ella para sus equipos y fuese el bogotano quien al final se quedara con su talento hasta guiarlo a las semifinales del programa.

Sin embargo, esa no era la primera gran presentación de la niña cartagenera en su corta carrera musical, aunque se pueda considerar entre las más importantes de su vida; pues resulta que Alexandra ya contaba con un currículum de reconocimientos y escenarios pisados donde reflejaba su amor por la música y el vallenato en especial.

“Mi primera presentación fue a la edad de 9 años. He participado en muchos festivales de canto, donde me quedaba con el primer lugar como mejor voz infantil”, cuenta la joven talentosa.

El apoyo que le brinda su familia, su madre Sandra Villa Morales y el de más allegados a su hogar, ha sido clave fundamental para su desarrollo y crecimiento artístico, que hoy a sus 15 años sigue abonando con el propósito de cumplir sueños y metas.

Según recuerda, su pasión por el canto nace a los 4 años, cuando en lugar de quedarse mirando la televisión por horas le pedía a su mamá que le pusiera música todo el día. Por tanto, así fue como desde temprana edad empezó a formar su oído y voz, hasta que llegó el momento de prepararse académicamente. 

Para Alexandra, lo más difícil en un principio fue manejar los matrices, por eso ingresó a la academia Saile Onipso, donde contó con las enseñanzas en técnica vocal del profesor Elías Ospino Aguilera, las cuales posteriormente le sirvieron para tener la confianza de presentarse a la cuarta temporada del mencionado programa de talento.

“El día de mi audición a ciegas en el programa La Voz Kids 2019 fue algo mágico. Las luces, las cámaras, la euforia del público presente, eso me llenó de mucha felicidad”, recuerda ella con emoción.

En aquel reto, como en todos por las cuales ha pasado, tuvo la compañía incondicional de su madre, ese ser que la ha estimulado aun sin tener una vena artística, pero sí siendo poseedora del desenfrenado amor hacia una hija.

“Mi guía siempre ha sido mi madre, a quien de cariño le digo ‘Nena’. Ella me inspira mucho. Nuestra historia me motiva a seguir creciendo como ser humano y a nivel artístico”, reconoce la cantante.

Pero, así como cuenta con un ejemplar a nivel personal, Luque también está incentivada por quien fuese una gran intérprete, alguien que también nació en Cartagena de Indias y representó de manera agigantada al género femenino dentro del folclor y la música vallenata colombiana. Esa mujer es la icónica Patricia Teherán Romero, que durante los años 90’ dejó un sello imborrable.

“Me han comparado con ella, pero no es motivo de disgusto, al contrario, eso me motiva mucho, fue una gran artista y es un buen referente del vallenato femenino. Continuar con su legado es maravilloso, es muy emocionante saber que tanto ella como yo somos cartageneras y que la música vallenata no solo proviene del Valle o la Guajira”, afirma la prometedora cantora.

Y así como el amor por el vallenato no solo surge en esas regiones del país, Alexandra igualmente se encarga de llevar su canto por las distintas zonas del Caribe, trasmitiendo las canciones, que sí bien se han vuelto himnos entre el público durante el pasar del tiempo, ella lo hace con su toque especial y esencia de niña que le caracteriza.

De eso han sido testigo las personas en festivales y fiestas regionales como lo son las de los siguientes rincones bolivarenses: Festival de Turbana (2017), fiestas de San Estanislao de Kostka (2018), Festival Santa Rosa de Lima (2018), Festivales de Interpretes en San Cristóbal (2018) y el Festival Santa Rosa de Lima (2018). Aparte del Festival Cóndor Legendario de Juan de Acosta (2017) en el departamento del Atlántico.

Ahora, se mantiene positiva en medio de la emergencia sanitaria y sus presentaciones las hace de manera virtual, al igual que se mantiene activa a través de sus redes sociales y plataformas como YouTube donde comparte sus versiones.

Por otro lado, estudia actuación en una reconocida academia del país con sede en Bogotá donde toma clases a distancia, también se encuentra cursando la secundaria, estudia inglés y es modelo juvenil para una marca de alimentos. Cada uno siendo factores que le aportan, desde cada contexto, a construir el sueño de ser una artista integral y reconocida internacionalmente.

Siendo así y desde su experiencia, le aconseja a los demás niños y niñas que se preparen académicamente, que lean mucho, que nunca dejen de soñar porque los sueños sí se cumplen, y les comparte el mensaje de que teniendo a Dios en sus corazones lo que les vendrá serán cosas positivas.

Columnas anteriores

Una vejez digna para Eduardo

Reflexiones para una vida en el mundo digital y pandémico

Cada logro vale, sin importar que pequeño sea

Papá Noel en el infernal y olvidado Puerto Rey

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.