¿Por qué le tendríamos miedo a lograr llegar donde siempre hemos soñado y a disfrutarlo plenamente al momento de conseguirlo? Tranquilo, porque eso que siente, seguro lo ha sentido la gran mayoría. Así que para alcanzarlo y saber cómo combatir los malos pensamientos y hábitos en el proceso, lo invito a tomar nota.

El éxito consiste en vencer el temor al fracaso, dijo el escritor y crítico literario francés, Charles Augustin Sainte-Beuve, hace un poco más de siglo y medio, al argumentar que como seres humanos estamos llenos de miedos, los cuales han sido infundados por la sociedad en la que vivimos, los paradigmas que tenemos, heredados la mayoría de las veces de nuestra familia y el círculo social en el cual nos movemos. Razón por la cual se ve al éxito como un inalcanzable, pero más aún como algo negativo si lo llegásemos a alcanzar.

Sonaría lógico que alcanzar lo que siempre se ha querido sea sinónimo de alegría, triunfo, perseverancia y buen trabajo, la realidad es que el cuento no es tan rosa, ya que muchas personas, a lo largo de la historia han tenido el éxito en sus manos y no han sabido cómo gestionarlo.

Esto lo explicó Sigmund Freud, en un ensayo titulado ‘Aquellos destrozados por el éxito’, publicado en 1916, afirmando que a través de un análisis crítico había notado que las personas pueden enfermarse cuando un deseo profundamente arraigado y largamente apreciado se cumple, causando en ellos una sensación de no merecimiento, depresión, sentimientos de insuficiencia e inhibición en el trabajo.

Sabiendo que es un compromiso propio y no depende de nadie más alcanzarlo, sino de nosotros mismos, acá van algunos ‘tips’ para que tenga en cuenta.

Lina Camero

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Defina qué significa el éxito para usted

El éxito es distinto para todos. Para unos puede ser llenarse de títulos académicos, para otros formar la empresa que siempre soñaron, conformar una familia, escribir libros, tener el dinero suficiente para comprar bienes, viajar por el mundo o tener el reconocimiento debido a sus méritos.

Siendo el éxito tan subjetivo y relativo, el primer paso será definirlo, siendo realista, coherente y precisando el paso a paso para alcanzarlo. ¿Cómo imagino el éxito? ¿Cuál será mi estrategia para lograrlo? y, ¿qué tiempos me voy a dar para alcanzarlo?, son preguntas cuyas respuestas ofrecen pistas para ir tras él.

Tenga claras las consecuencias y responsabilidades

Si es algo con lo que siempre soñó, ¿por qué va a tener miedo a no ser capaz de preservarlo una vez lo tenga? Es importante que tenga claridad absoluta sobre lo que acarrea ese éxito en su vida y se sienta cómodo desarrollando las responsabilidades y las consecuencias que esto conlleva.

Tal como lo plantea Harvard Business Review, muchos ejecutivos de alto vuelo funcionan perfectamente bien siempre y cuando no estén en la posición número uno, ni sean el centro de atención. Esto suele pasar porque al momento de definir el éxito, no se visualizan de manera complementaria los requerimientos y compromisos necesarios que deben ir de la mano para lograrlo, entrando así en un territorio desconocido que les trae ansiedad, inseguridad y desilusión.

No sienta culpabilidad

Estudios de la Universidad de Harvard plantean que las personas que logran el éxito en una familia, círculo social o comunidad de personas con poco éxito, suelen sentirse culpables, dando por hecho de manera consciente o inconsciente, que si sus cercanos no lo han alcanzado, ellos tampoco deberían tenerlo, ya que podría ser perturbador para los demás, haciéndolos sentir como impostores y tramposos. Ojo si usted es de estos, porque estaría muy cerca de repetir lo que dijo el escritor Ambrose Bierce en The Devil’s Dictionary: “El éxito es el único pecado imperdonable contra los demás”.

Cero temor al fracaso

Si quiere lograr el éxito, no puede pensar que va a fracasar o definitivamente no lo va a lograr. Las personas que tienen miedo al éxito, obran obstaculizando y arruinando las posibilidades de adquirirlo, tienen pensamientos negativos y subestiman regularmente sus capacidades y aptitudes. Piensan siempre que su rival es mejor, viendo en éste sólo cualidades, así como visualizan recurrentemente defectos en sí mismos. Son altamente vulnerables, su efectividad no es la mejor y disminuye a medida que sucumben a comportamientos autodestructivos.

Siéntase merecedor

Partiendo de la premisa, “El único límite es usted mismo”, cabe adicionar la siguiente que es “Usted puede lograr lo que se proponga”. Cuando hay falta de confianza propia, temor al rechazo social y hemos oído, sean pocas o muchas veces, que no tenemos lo que necesitamos verdaderamente para ser exitosos, pensamos que no somos merecedores y que ni siquiera vale la pena intentarlo.

Estas críticas que han acompañado a muchos desde la niñez y que en definitiva hacen mella de manera negativa en cómo se enfrenta el temor al éxito, sabotean sus propias carreras, sus sueños y sus definiciones de éxito. No siga pensando que no está a la altura de conseguirlo, recuerde las veces en las cuales ha pensado o le han dicho que no es capaz y resetéese diciéndose que sí lo es, generando pensamientos en los que se asocie en torno a lo exitoso que puede llegar a ser. Comprenda mejor las fuentes de sus miedos y descarte su autoimagen secreta como la de una persona infructuosa y no merecedora.

Descubra a partir del buen análisis personal, todo lo que puede seguir logrando y supere su miedo al éxito. Lo desconocido puede ser amenazante, siempre y cuando no se defina bien, así que empiece por definir sus propósitos y delimite sus objetivos.

Recuerde ser concreto para que pueda medirlos al momento de alcanzarlos y visualice el éxito constantemente siendo realista, pero también optimista. No se auto sabotee, al contrario, reconozca todas esas veces en las cuales ha sentido el éxito en su vida, sean momentos, situaciones o épocas, seguro usted las sabrá reconocer.

Supérese y mejore en todo momento. Usted es el único que tiene la responsabilidad y la facilidad de continuar siendo exitoso. Y como dice George Edward, filósofo británico, “La derrota no es el peor de los fracasos. No haberlo intentado sería el verdadero fracaso”.

*Las opiniones expresadas en este texto son responsabilidad exclusiva de su autor y no representan para nada la posición editorial de Pulzo.