Andas dando palos de ciego buscando el amor, pruebas con unos y con otros, con la esperanza de encontrar el billete premiado; pero entre una relación y la siguiente te recompones con los ojos cerrados y te preguntas por qué tu Cupido está tan horriblemente perdido.
Déjame decirte algo: cuando vas de una persona a otra, de un cuerpo a otro, de una cita a otra sin saber ni por qué sales con estas personas, lo que vas a encontrar es la ausencia de amor.
Porque dar mucho indiscriminadamente, irte a la cama con varios, tener nueve pretendientes que ni te gustan en realidad, con las que sales porque estás más perdido que Adán el día de la madre, no te hará más feliz.
Hay momentos en los que te entregas y no sabes con qué idea de amor te vas a quedar, tú das esperando dar algo a cambio, pero con cada encuentro vacío, tu corazón empieza a estar desconectado de tu cuerpo y al final al que le estás haciendo más caso es al cuerpo y a sus instintos y olvidando lo demás. Eres cuerpo, cabeza y corazón. Si borras alguno de estos elementos, te estás borrando a ti.
En algunos días sentirás dolor, algunos días lo pasarás mal, y vendrán las noches en las que reflexionarás sobre lo que haces y por qué lo haces. Pensarás que es como una función que se repite y se repite y a veces no sabes parar, porque crees que en algún momento aparecerá la persona que estás esperando.
La persona que te completa no se va a fijar en ti si no hay espacio para ella. Así de sencillo. Si lo que ve es un caos tremendo porque no te aclaras sobre lo que quieres, sobre lo que deseas y sientes, incluso la pareja más precisa para ti en ese instante va a pasar de largo porque no te verá preparada para esta nueva oportunidad.
El amor necesita de preparación. Esto es como cuando estás esperando un invitado en casa y tienes la mesa lista, la comida preparada y las copas limpias. Aquí sucede algo parecido. Si tu amor percibe que lo estás esperando, se sentirá invitado a pasar a tu corazón. Pero si ve que hay un sitio caótico, sin preparar, sin limpiar, y lleno de trastos viejos, va a rechazar la invitación, porque TODOS queremos sentirnos especiales.
A lo mejor después de una ruptura o de una relación significativa sientes que ya no estás para amar, o que el amor se ha olvidado de ti. Mi trabajo como ‘Dating coach’ es que vuelvas a confiar en el amor incluso después de haber amado con alma, vida y sombrero.
Cuando no hay química con alguien y aún así te vinculas físicamente con esa persona lo que haces es perder tu tiempo y despistar a tu corazón. No voy a decirte que puede tratarse de una noche pasional digna de recuerdo, pero cuando la pasión no conecta con el sentimiento puede transformarse en una cárcel de instintos muy difícil de controlar.
La mejor fórmula es aunar la pasión con la emoción, con la gratitud y con la honestidad, de esta combinación es más fácil que pueda crearse un amor, un respeto y una reciprocidad más duradera.
Las relaciones que luego no transmiten paz, sino que desprenden ansiedad son un auténtico calvario. Si alguna vez has experimentado una pasión tipo Orquídea salvaje estarás de acuerdo conmigo que eso puede llevar al psiquiatra al más sereno de los cerebros, porque el fuego consume y el que mete su cuerpo en el fuego se va quemando poco a poco hasta que un buen día arde por completo.
Dale espacio al amor, a tu amor. Conecta tu cuerpo, tu cabeza y tu corazón con lo que deseas, hazte caso interiormente, entrega amor cuando lo sientas y sé honesto a la hora de amar si lo que deseas es encontrar el amor. Cuidarás de ti, de tu corazón, y serás honesto con el corazón del otro, que también te agradecerá que no juegues con él.
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