El curioso momento se dio durante la posesión de López como alcaldesa de la capital.

Después de que juró como mandataria distrital, la alcaldesa presentó, uno a uno, a los miembros de su gabinete, a quienes recibió en el escenario con fuertes abrazos.

No obstante, López no se percató de que su micrófono de diadema estaba abierto y se podían escuchar sus diálogos con los miembros de su equipo de trabajo. 

Cada vez que recibía a un funcionario, López lo abrazaba y felicitaba. Las frases de cariño y admiración eran mutuas y pasaron desapercibidas.

Sin embargo, cuando llegó el turno de Montero, el antropólogo llamó la atención por su atuendo descomplicado y por la fama que le precede por ser uno de los actores más reconocidos del país.

El secretario de Cultura abrazó fuertemente a la mandataria y le dijo al oído “vamos a cascarle”, señal de que el trabajo en el gabinete de la alcaldesa será arduo y comenzará este mismo lunes.