Pese a que el fallo de la Superintendencia de Industria y Comercio ordenó el cierre de operaciones de Uber en 2019, la empresa, que propone un alivio al momento de sortear insolvencias del transporte público, ha venido buscando alternativas de funcionamiento que le permitan superar barreras en el contexto colombiano.
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Desde febrero de 2020, ya se había hablado de un modelo que ‘permite a los usuarios arrendar un vehículo con un conductor’, pero solo en las últimas horas se conoció, a través de un comunicado, que habría de implementarse un ‘nuevo e innovador modelo de movilidad en Valledupar’.
Aunque Uber propone una oportunidad para generar ganancias adicionales a los taxistas, en Valledupar hay recelo frente a esta nueva puesta en marcha. EL PILÓN entrevistó a representantes de este gremio y encontró que existe un alto grado de desconfianza.
“Hace seis años aumentó el exalcalde ‘Tuto Uhía’ las tarifas. ¿Y cuánto ha aumentado el salario mínimo en 6 años? ¿Cuánto ha aumentado la gasolina? Mire cómo vamos. Esto no es un negocio. Nosotros estamos aquí a la intemperie. Las motos hacen terminalito en cualquier parte; cargan dos o tres personas y la Policía no dice nada. Los piratas hacen lo que les da la gana. Uber también es otro. No paga impuestos, tarjeta de operación, extractual ni contractual. Nosotros, siendo una organización legalmente constituida, no tenemos todos esos privilegios”, asegura Alfredo Peñaloza, taxista.
A su vez, Omar Mercado, también conductor de taxi, dijo que el alcalde debe aumentar las tarifas. “Hace 6 años le aumentaron 1.200 pesos, según se dijo, pero en realidad, fueron 500 pesos. El precio de la gasolina también nos afecta. Está subiendo a 250 pesos por galón. Antes, tanqueábamos con 30 mil. Ahora son 40 o 45 mil pesos”.
Agregó, además: “Sobre el gremio de Uber, eso nos tiene acabados. Uno sale a la calle y casi no consigue nada. El producido pasó de 140 mil pesos por día a 90 u 80 mil pesos, sin dejar de considerar que también tenemos que pagar tarifas a los dueños de vehículos”, sostuvo.
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Por su parte, Wilmer Peñalver indicó que “el servicio público paga más en impuestos y seguros que el servicio particular. No estoy de acuerdo con Uber, pero hay colegas que lo hacen. Por otra parte, el alza de la gasolina afecta tanto a los usuarios como a los conductores. Los que trabajan con tarifas, tienen que hacerse en el día más de 140 mil pesos para que puedan llevarse siquiera los 40 de ganancia para la casa”, precisó.
En entrevista para el diario El País, el experto Darío Hidalgo asevera que la dificultad para la operación de aplicaciones como Uber estriba en que se ha desarrollado por fuera de la legislación vigente.
“Ese estatuto, de los años 80, dice, básicamente, que el servicio de transporte debe ser prestado por empresas, no por individuos”, puntualiza el experto.
Es por ello que los taxistas de Valledupar, temerosos de perder a sus usuarios, se oponen a estas nuevas dinámicas de movilidad, medidas por las plataformas digitales.
Entre tanto, el Gobierno ha levantado una bandera negociadora, debido a las agitadas protestas que han desarrollado conductores de diversas plataformas digitales en ciudades como Bogotá. Habrá que esperar a qué acuerdos llega el Ministerio de Transporte con representantes del gremio de taxistas y de compañías tecnológicas.
EL PILÓN intentó establecer contacto con la secretaría de Tránsito de Valledupar, para determinar si existe algún tipo de acuerdo con la compañía Uber, pero hasta el cierre de edición no fue posible.
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