El pasado 25 de enero se registraron varios deslizamientos en el municipio en diferentes puntos, entre esos, el cementerio. Desde entonces, el camposanto está en riesgo por la ola invernal que afectó a varias zonas de la región.

El párroco de la iglesia San José, Eisen Gálvez, mencionó que la situación representa un riesgo latente sin resolver. “Según el último informe del párroco anterior, dos pabellones de bóvedas están en zona de alto riesgo. Uno ya empezó a irse al ‘vacío’ porque el invierno hace que el barranco ceda cada vez más”, dijo.

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Frente a la situación, la comunidad religiosa empezó a realizar labores de exhumación para evitar que los cadáveres de estas bóvedas ‘aterricen’ sobre la variante, asunto que representaría un problema de salud para la comunidad.

“Los cadáveres que aún no cumplen con el tiempo estipulado por la ley para ser exhumados, fueron trasladados a otras bóvedas. Si la situación continúa como está y no hay una atención prioritaria, 37 cadáveres estarían en riesgo de caer por el barranco”, acotó Gálvez.

El paulatino deterioro de la ladera afectó la infraestructura del pabellón.

Además, el párroco indicó que la visita por parte de las entidades de gestión del riesgo es primordial para evaluar el estado de la zona y determinar cómo se adelantará el proceso de reubicación de las tumbas y féretros.

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Fredy Torres, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo, comentó que en la última sesión del Consejo Departamental de Gestión de Riesgo se habló sobre el caso del cementerio.

“Se va a (oficiar) al Alcalde para que revise un plan de contingencia y planificar si se puede llevar a cabo obras de mitigación. Si son otras las circunstancias, la administración del municipio deberá disponer de un espacio adecuado en caso de que se llegue a presentar una remoción en masa. Es responsabilidad directa de los alcaldes en compañía de la Secretaría de Salud”, acotó el funcionario.

Mientras se resuelve la situación, el padre Eisen refirió que es pertinente continuar con las labores de exhumación, las cuales presentaron inconvenientes, pues los costos de estos procesos, en su mayoría, tuvo que asumirlos la parroquia San José de Palocabildo.

“Hacemos un llamado a la responsabilidad que tienen los familiares. Ellos nos dejan el ‘muerto ahí’ para que la iglesia mire qué hacer. Nos tocó asumir la exhumación de esos cadáveres y costó mucho dinero. No es un tema de plata, porque entendemos que hay personas que no tienen los recursos para asumir el proceso, pero quienes tienen la posibilidad económica, esperamos que se responsabilicen de acercarse y acompañar el debido trámite”, apostilló.

Las bóvedas podrían caer sobre la variante del municipio.

Posición de la Alcaldía

Nelson Gómez, Alcalde de Palocabildo, refirió que buscan trabajar de forma articulada con el párroco Eisen para afrontar la situación. “El padre nos propuso que le ayudáramos con recursos y, en ese sentido, queremos articular esfuerzos para trasladar los ataúdes más recientes a otro lado y, los que llevan varios años, realizar la exhumación y esperar mientras llegan las familias a reclamarlos”, refirió al respecto.

Y agregó que: “Le pedí a los jurídicos y financieros revisar cómo apoyaremos al cementerio. Hemos recibido muy pocas ayudas del orden departamental para adelantar labores sobre la zona. No para de llover y la amenaza continúa”.

“No es simplemente el clamor del sacerdote, sino la exigencia de acciones concretas por parte de un pueblo. Un organismo como la Secretaría de Gestión del Riesgo debe atender este asunto en este momento”, Eisen Gálvez.