La reciente convergencia de estudiantes y docentes de derecho de países como Perú, El Salvador, México, Ecuador, Colombia y Guatemala en una iniciativa académica ha puesto en primer plano los retos que enfrenta la región en materia de derechos humanos y derecho internacional humanitario. Aunque estos encuentros promueven el intercambio de experiencias y el aprendizaje comparado, el panorama que surge revela profundas dificultades estructurales en la defensa real de los derechos humanos en América Latina.
Francisco, estudiante de derecho e integrante de una clínica jurídica, ilustra la paradoja: mientras la formación legal dota a los futuros abogados de herramientas para proteger derechos fundamentales, en la práctica el derecho internacional humanitario —cuyo propósito es “humanizar la guerra”— se enfrenta a la herencia de décadas de injusticias. La reflexión inspirada en Hegel, citada en este contexto, advierte sobre el peligro de confiar en el discurso si no se traduce en mejoras efectivas y sostenibles para las víctimas.
Ángel Elvis Iván Peraza González, coordinador académico de El Salvador, destaca que la cooperación universitaria latinoamericana resulta fundamental porque acerca a los estudiantes a diversas normativas legales y realidades sociales, preparándolos para una defensa panorámica de los derechos humanos. Sin embargo, advierte que la efectividad de estos derechos sigue siendo limitada en la región debido a su dependencia de la voluntad política estatal, impidiendo su auténtica universalización.
El investigador Carlos Eduardo Saraza Gómez, de la Fundación Universitaria del Área Andina, sostiene que la misión universitaria no termina en el aula. Insiste en la importancia de fortalecer la investigación y el vínculo con la sociedad civil a través de metodologías rigurosas, como encuestas y análisis de contenido, y el fomento de una cultura crítica que cuestione las fuentes oficiales. En palabras de Raúl Sohr, la credibilidad informativa recae más en la confiabilidad de la fuente que en la apariencia de los hechos, una enseñanza crucial para abogados y periodistas en formación.
Las vivencias de estudiantes internacionales como Alma Fabiola Osorio Ángel y Mayeli Berenice Velázquez Mendoza subrayan tanto convergencias como divergencias jurídicas en los países participantes. Mientras se comparten bases legales, existen áreas innovadoras —como el enfoque colombiano en derecho del mar, resaltado por Inés Denis Ávila Meléndez— que enriquecen el debate e impulsan la cooperación más allá del ámbito académico, sugiriendo la urgencia de articular esfuerzos que influyan también en las políticas públicas.
Frente a estos desafíos, la agenda internacional de cooperación educativa resulta alentadora, pero choca con barreras persistentes: desigualdad de acceso a la justicia, violencia estatal y paraestatal, y politización de los derechos humanos. Hallazgos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo indican que, aunque la mayoría de constituciones incorporan normas de derechos humanos, menos de la mitad cuenta con mecanismos eficaces para hacerlas valer realmente.
En definitiva, la enseñanza jurídica crítica, la investigación aplicada y la formación de redes regionales son herramientas claves para transformar la defensa de los derechos humanos. Sin embargo, el cambio genuino dependerá del compromiso ético, político y social tanto de la academia como de la futura generación de operadores jurídicos, quienes deben superar el discurso y convertirlo en acción consistente y tangible en beneficio de las víctimas.
¿Cuáles son las metodologías más empleadas en la investigación social y jurídica en América Latina?
En el ámbito académico latinoamericano, la investigación en derecho y ciencias sociales utiliza principalmente métodos cualitativos y cuantitativos. Según académicos entrevistados y manuales especializados, las metodologías incluyen encuestas, entrevistas, grupos focales y análisis de contenido. Cada técnica aporta perspectivas específicas; por ejemplo, las encuestas permiten obtener datos amplios sobre percepciones o situaciones, mientras que los grupos focales y entrevistas profundizan en las experiencias y motivaciones de los participantes.
La elección de la metodología depende de los objetivos del estudio y la naturaleza del fenómeno investigado. Los especialistas insisten en que la rigurosidad del proceso y la crítica constante a las fuentes y hallazgos son esenciales para garantizar resultados veraces y útiles, contribuyendo así a una comprensión más profunda de las complejidades sociales y jurídicas de la región.
¿Qué significa derecho internacional humanitario?
El derecho internacional humanitario es un conjunto de normas cuya finalidad es limitar los efectos de los conflictos armados en las personas. Tal como se abordó en la iniciativa académica, este marco legal impone restricciones a los métodos y medios de combate, protege a quienes no participen activamente en hostilidades y busca, en palabras de los participantes, “humanizar la guerra”.
En el contexto latinoamericano, aprender sobre derecho internacional humanitario permite a estudiantes y profesionales del derecho comprender cómo se tutelan los derechos fundamentales aún en situaciones extremas de conflicto. La formación en este campo es clave para que abogados y activistas puedan intervenir con fundamento en defensa de quienes son más vulnerables durante crisis armadas, según lo resaltado por expertos durante los talleres internacionales.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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