“Los congresistas son como tiburones: huelen la sangre a kilómetros”. En estos términos, la representante Katherine Miranda –de la Alianza Verde, partido declarado de Gobierno– resumió lo que podría enfrentar a partir de esta semana el presidente Gustavo Petro en el Congreso a la hora de tramitar sus ambiciosas reformas. ¿La razón? Lo descuadernada que hoy aparece su coalición y la amenaza de que los partidos comiencen a bajarse del bus.

En Senado y Cámara Petro no tiene mayorías aseguradas, pese a que los partidos mayoritarios se declararon oficialistas, por lo que su “frenesí reformador” (como lo llamaron a nivel internacional) podría fracasar.

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El desafío no es de poca monta. En poco más de 3 meses de sesiones ordinarias –que arrancaron el pasado jueves e irán hasta el próximo 20 de junio–, el mandatario espera tramitar con éxito proyectos como el Plan de Desarrollo, la ley de narcobandas y las reformas a la salud, pensional y laboral, por no mencionar otras iniciativas que vienen en cola; una de ellas es la cuestionada reforma política.

Se trata de iniciativas clave para el Ejecutivo, con las que Petro espera comenzar a labrar su legado. No obstante, su aplanadora en el Congreso ya no luce sólida y cada vez son más los congresistas que toman distancia y se apartan del Gobierno, una desbandada que –por si fuera poco– podría recrudecerse a medida que se acercan las elecciones regionales de octubre próximo.

Aunque la coalición de gobierno en Senado abarca 78 congresistas, solo 40 –entre Pacto Histórico, verdes y Comunes– le son incondicionales a Petro, los demás tienen dudas por lo polémicas que han resultado ser las reformas que propone y el año electoral en el que está el país. Ahí tienen más interés.

En contraste, Petro tiene en su contra una oposición con 28 senadores del Centro Democrático, Cambio Radical y Mira, a la que podrían sumarse los indecisos que hoy están en las filas de liberales, conservadores o la U. Entre estas 3 bancadas hay 38 votos tambaleando.

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Una situación similar se presenta en Cámara. Aunque la coalición de gobierno incluye 144 representantes, solo 69 son incondicionales al Presidente. A primera vista la oposición solo tendría 38 votos, pero si les araña votos a liberales, conservadores o la U (75 representantes) podría hacerse a mayorías.

Y es que contrario a la buena imagen y a las mayorías con las que el Jefe de Estado arrancó su gobierno apenas hace 7 meses, ahora se enfrenta a un ambiente cada vez más enrarecido y adverso. Detrás de todo están los reparos y cuestionamientos a su reformatón, los cuales se suman a los frustrados ceses al fuego que pactó el Presidente bajo la sombrilla de la paz total con el ELN y ahora con el Clan del Golfo.

Además, el Jefe de Estado tiene escándalos personales y familiares que, irremediablemente, terminan golpeando su imagen. Por si fuera poco, algunos sectores políticos no dejan de ver con recelo el papel cada vez más protagónico que ha asumido la Primera Dama Verónica Alcocer en diferentes tareas de gobierno, al punto que es vista como una eventual contendora.

Las señales de alarma

Muestra de esas flaquezas que se acentúan en el Parlamento fue la decisión de Cambio Radical de declararse partido de oposición, pese a que se mantenía en una independencia crítica. Sin embargo, esa no es la única señal de alerta.

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También las sombras que encapotan la reforma política, a la que ya le achacan no micos, sino “orangutanes”.

“Es triste que no solo no se tuvo en cuenta ninguna de nuestras sugerencias, sino que la ponencia para la vuelta es aún peor”, reclamó desde la propia bancada de gobierno la representante Catherine Juvinao (Alianza Verde).

Otro síntoma de las fisuras que se abren en la coalición son los dientes que le han venido mostrando partidos que conforman la bancada de gobierno, como Liberales, Conservadores o la U. Se trata de colectividades que han expresado sendos peros a la reforma a la salud de Petro, con lo que ratifican que su apoyo no es muestra de que le van a dar a todo un sí absoluto.

Un ejemplo del poderío de esas tres bancadas es que –en contravía de los intereses de la ministra Carolina Corcho–, Petro tuvo que ceder en el punto de eliminar las EPS y ahora está abierto a una contrarreforma a la salud. “Seguramente las reformas sufrirán cambios como ya lo estamos viendo con la de salud”, admitió a este diario, entre la resignación y la nostalgia, el senador Pedro Flórez, de la bancada del Pacto Histórico.

“Petro nunca la tuvo fácil, y ha corroborado que una cosa es ser gobierno y otra ser oposición. El pulso no es fácil. Es un año electoral y los empresarios, por ejemplo en la reforma laboral, jugarán un papel importante. Es obvio que la reforma a la salud no saldrá como él quería y le digo que la reforma política hoy parece prácticamente muerta. Lo que Petro no logre sacar en estos 3 meses ya no lo podrá tramitar después”, advirtió la representante Miranda.

Desde la entraña más férrea del petrismo, el senador Iván Cepeda le aseguró a EL COLOMBIANO que los proyectos están avanzando, pese a que hay dificultades. “El proyecto de sometimiento cuenta con mayorías. Con la reforma a la salud, tras un proceso álgido, se ha logrado llegar a un mínimo nivel de consenso, al igual que con la pensional y la laboral. Las principales iniciativas están presentadas y tendrán una discusión intensa junto al Plan de Desarrollo”, explicó, aclarando que la coalición “tiene el pie puesto en el acelerador” y que –de ser necesario– no descartan convocar a sesiones extras.

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De hecho, hace apenas un mes, el ministro del Interior, Alfonso Prada –en diálogo con este diario– se declaraba confiado de que la coalición funcionará adecuadamente y que la estrategia del Ejecutivo era “explicar la bondad de las reformas para que se entusiasmen a votar las mayorías del Congreso”. Sin embargo, reconoció que, en caso de que no pasen, “queda el recurso de la insistencia, de volverlas a presentar y de perseverar en esa lucha por lograrlas”.

Desde una postura menos optimista, el senador Pedro Flórez reconoció que “el trámite de las reformas no pinta fácil”, pero confió que “la deliberación será profunda”, pese a que es casi un hecho que se tendrán que convocar a sesiones extras a mitad de año. “El ambiente es constructivo y de mucha responsabilidad con los colombianos, partiendo del hecho que la bancada de gobierno reitera la necesidad de las reformas”, le dijo a este diario.

Por otro lado, desde la oposición –expectante a cada traspiés del Gobierno–, el senador Ciro Ramírez (Centro Democrático), alertó que, contrario a lo que quiere hacer ver el oficialismo, el ambiente en el Congreso está enrarecido por la imagen del Presidente y sus escándalos: “Ningún partido quiere hacerse al lado de él y menos en un año electoral. No veo a nadie con la voluntad de decir ‘vamos a inmolarnos al lado de Petro’. Nadie. Tenga en cuenta además que reformas como la de la salud pone en peligro al sistema y eso afecta los votos”.

Las sesiones ordinarias apenas empiezan y consciente de que su luna de miel con el Congreso se acabó, Petro deberá poner a prueba su gobernabilidad, cediendo en algunos puntos y logrando el mayor consenso en otros. Le llegó la hora de poner a prueba sus mayorías y la sagacidad que han mostrado su ministro del Interior o el presidente del Senado, Roy Barreras, para poner a andar los proyectos. El tiempo corre.

Reforma a la salud: Petro cedió y se mantienen EPS

La ministra de Salud, Carolina Corcho, ha dicho que el proyecto tiene como pilar la reestructuración del sistema de salud enfocado en la atención primaria. No obstante, uno de los puntos más controversiales ha sido la eliminación de las EPS. Pese a ser la columna vertebral de la iniciativa, el Gobierno tuvo que ceder y ahora está abierto a negociar y darle otro carácter a estas entidades. Tal como está previsto, se mantendría un sistema mixto de salud.

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Reforma pensional: la mayoría a cotizar en Colpensiones

Según el borrador de la reforma, todos los colombianos harían aportes a Colpensiones, sobre una base máxima de tres salarios mínimos. Cuando se gane más que eso, el excedente irá a fondos privados. Sobre este punto gira el debate porque implica el trasteo de casi la totalidad de los afiliados a los fondos de pensión, con los efectos para el mercado de capitales y para la sostenibilidad fiscal de un régimen público haciéndose cargo casi por completo de las pensiones.

Reforma laboral pondría en jaque empleos formales

La reforma pone punto final a los contratos por prestación de servicios y el Gobierno buscará que el recargo nocturno empiece desde las 6:00 p.m., es decir, tres horas antes que en el modelo actual. Así mismo, trabajar un domingo o festivo se remunerará con un recargo de 100% sobre el salario. Bancadas del Congreso y Fenalco advierten que esta reforma pone en riesgo  

Ley de narcobandas dejaría libres a 3.600 presos

Este proyecto incluye en la ley de paz total del Gobierno Petro a bandas criminales de alto impacto que no tienen carácter político. No se buscan acuerdos de paz, sino el sometimiento y la desarticulación de organizaciones delincuenciales a través de beneficios judiciales. Frente a este proyecto, el fiscal Francisco Barbosa advirtió falencias jurídicas y que el principio de oportunidad podría generar un “festín” de corrupción y dejaría libres a 3.600 presos.