Ha sido toda una rareza la ebullición de fanáticos de RBD, pero más raro aún ha sido la lista de conciertos que el grupo mexicano dará en Medellín: se levanta una piedra y aparece uno, ya vamos para la cuarta fecha.

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Y en ese rosario de extrañezas, aparece esta gema: las boletas se agotan en horas y más de una persona se queja porque después de filas virtuales eternas no logran su dicha.

Varias suspicacias: los conciertos de RBD serán el 3, 4, 5 y 6 de noviembre, seis días después de las elecciones a la Alcaldía de Medellín: ¿esas boletas que nadie sabe dónde están terminarán en alguna campaña política donde serán rifadas de alguna manera?

Ya hemos visto en los últimos dos años cómo desde la administración distrital se han usado los conciertos como una manera de publicidad: influencers de Medellín y Bogotá terminaron publicando fotos al lado del alcalde Daniel Quintero y su esposa Diana Osorio en conciertos de Karol G, Maluma y Bad Bunny. El entretenimiento ha sido una bandera para sacar réditos políticos.

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El caso de los conciertos de RBD es todo un misterio para algunos ingenieros consultados para este artículo, pues no entienden cómo una fila virtual no dio abasto en tres oportunidades. “Hice fila tres veces para comprar boletas con mi novia y siempre se agotaban, al final compramos en una localidad no tan buena y cada tiquete valió más de 1 millón de pesos”.

Una respuesta que encuentran para la rápida venta de boletas, con una multitud descontenta, es que el portal www.eticket.co no cuenta con la doble autenticación en el momento de la venta. Es decir, el paso obligado en miles de cuentas donde se suministra información personal y que es conocido como Google reCaptcha y que “es un sistema diseñado para diferenciar entre humanos y ordenadores, que se utiliza para que los bots no puedan completar formularios de forma malintencionada en nombre de un ser humano”.

Se cree que las filas virtuales para las distintas fechas de RBD pudieron sufrir un ataque DDoS, que consiste —según Kaspersky— en enviar “varias solicitudes al recurso web atacado, con la intención de desbordar la capacidad del sitio web para administrar varias solicitudes y evitar que este funcione correctamente”.

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Por medio de bots se pudo colapsar esa página, el ataque pudo venir por parte de revendedores que querían un gran calado de tiquetes, o pudo venir por algún medio político interesado en regalar unas cuantas entradas.

No ha dejado de ser extraño que el alcalde Daniel Quintero ha usado todas las etapas de venta del concierto para tapar con humo el proceso penal que hay en contra de tres exfuncionarios de su Alcaldía por presunta corrupción en Buen Comienzo. ¿Se trató de otro caso de “pan y circo para el pueblo”?

Mientras tanto, las boletas están por las nubes, como si se tratara de un concierto de una banda de primer orden: la más barata está en 114.000 pesos y la más cara —sin contar los palcos— en 1.062.000 pesos. Ser “rebelde” es más caro de lo que parece