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De las 23 universidades y sedes universitarias completamente nuevas que prometió el presidente Gustavo Petro solo una tiene terreno, avances en los estudios de diseño y asignación presupuestal: la del municipio de El Tarra, en el Catatumbo. Se trata de un territorio con presencia de grupos narcoparamilitares y guerrilleros que, además, no tiene vías de acceso adecuadas ni infraestructura para recibir a la cantidad de personas que se desplazarían si allí se construye el gran complejo educativo que se propone el Gobierno.
“Es loable que el presidente quiera construir una sede en un municipio tan olvidado. Pero dígame, ¿Quién en Norte de Santander va a mandar a sus hijos a estudiar a un municipio que se mantiene a más de 32 grados centígrados y con altos índices de violencia?”, cuestionó el líder social del Catatumbo Edward Álvarez, quien calificó como “un fracaso” este proyecto de infraestructura educativa que no ha iniciado su proceso de construcción.
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Pero lo preocupante del caso es que, aún siendo uno de los proyectos más avanzados, la universidad de El Tarra no tiene ni el primer ladrillo. Según dijo la Casa de Nariño cuando anunció 39.000 millones de pesos para iniciar el proyecto, todo estaba dado para que las construcciones empezaran en abril, pero “han pasado cuatro meses después de eso y en el terreno no hay ni materiales todavía”, apuntó Álvarez.
Sobre ese punto, el Ministerio de Educación le respondió a El Colombiano que el Gobierno avanzaba en los estudios de factibilidad y de diseño. “Una vez se cuente con esos dos aspectos iniciará la construcción”, aseguraron desde esa cartera.
El gobierno destacó la sanción de la Ley 2307 de 2023, “por la cual se establece la gratuidad en los programas de pregrado en las instituciones de educación superior públicas del país”.
Pero, si así va uno de los proyectos bandera que ha avanzado, ¿Cómo van los otros 22?
A Petro no le dará el tiempo
Según el Plan Plurianual de Inversiones –incluido dentro del Plan Nacional de Desarrollo que sancionó el presidente Petro– el Gobierno se puso la meta de construir 23 sedes y universidades completamente nuevas.
Dentro de esos proyectos, por ejemplo, Petro anunció tres sedes universitarias para las subregiones de Medio Baudó, Riosucio y San Juan, en el Chocó; una universidad rural en Tame, Arauca; dos policampus universitarios en las localidades bogotanas de Suba y Kennedy, logrando entregar la sede de la Universidad Distrital al sur de Bogotá, y hasta una ‘Universidad Wayú’ para La Guajira, entre muchos otros proyectos.
Pero, ¿De dónde sacará los recursos, los lotes y los tiempos para inaugurarse antes de retirarse del Gobierno? Esas son preguntas difíciles que ni desde la misma Casa de Nariño han logrado responder.
Según expuso Jairo Torres, presidente del Sistema Universitario Estatal, en diálogo con El Colombiano, construir una universidad y dotarla con todas las licencias de calidad y permisos, entre otros requisitos, puede tardar mucho más de los tres años que le restan a Gustavo Petro en el poder.
“Se trata de procesos muy complejos que requieren de toda una licitación pública, una asignación de recursos y un plan de construcción que suele demorarse años porque incluye todo el tiempo de estudios, diseño de planos y ejecución”, señaló Torres.
Por todo eso es que es un hecho que el presidente no logrará construir los 23 proyectos que prometió en el PND. Y si ese fuera su único objetivo durante estos años de mandato, para el Estado sería imposible construirlos y financiarlos durante un solo Gobierno.
Tan es así, que el mandatario dio unas declaraciones en mayo que pasaron desapercibidas pero que, en la práctica, empiezan a bajarles las expectativas a esas promesas.
Según dijo el jefe de Estado, en el PND hubo “trampas” porque “colocaron universidades nuevas (…) y ese no es nuestro objetivo”. Con lo que precisó que su Gobierno se propone construir “más sedes de las universidades que ya existen” para ofrecer más cupos en todas las sedes del país.
Apostarle a la regionalización
Si eso es así y el presidente decidió cambiar su objetivo, el Gobierno estaría decepcionando a una buena parte de la sociedad que creyó en esas promesas de crear nuevas universidades en los territorios más olvidados. Sin embargo, podría estar tomando una mejor decisión.
Tal como lo explicó Torres, construir universidades completamente nuevas demanda demasiado tiempo y recursos que la Nación no tiene en estos momentos.
“Por eso, lo que le hemos expuesto al Gobierno es que la respuesta es llevar las universidades que ya existen a las regiones, apostarle a la regionalización”, dijo el presidente del Sistema Universitario Estatal.
Y en eso coincide Álvarez, el líder social del Catatumbo. “Acá necesitamos educación, claro. Agradecemos que se hayan fijado en nosotros después de tanto. Pero hay planes hechos desde Bogotá sin entender las necesidades de las regiones. La solución no es construir una universidad en un municipio al que nadie enviará a sus hijos, la solución es potenciar las universidades que ya tenemos y becar a los jóvenes de Norte de Santander para que accedan a educación en los planteles educativos de alta calidad con los que ya cuenta el país”, concluyó.
(Vea también: Gobierno Petro se trazó la meta de construir 26 nuevas universidades, ¿será viable?)
¿Cómo está la cobertura y qué propone Petro?
“En Colombia hoy existe una cobertura de educación superior del 54%. Es decir, el 46% de los jóvenes, que corresponde a unos 2 millones, no tiene acceso a este derecho. Lo que planteó el Gobierno de Gustavo Petro en el Plan Nacional de Desarrollo ampliaría los cupos en 500.000”.
¿Y cuáles son las regiones más afectadas por esa baja cobertura estatal?
“Indudablemente esos 2 millones de jóvenes se encuentran concentrados en las regiones Caribe y el Pacífico y en el sur del país”.
¿Cuál es la solución que ustedes plantean?
“Lo mejor es apostarle a la regionalización. Lo demás demanda mucho tiempo. Lo que decimos es que mientras podemos construir nuevas universidades, ampliemos cupos en las universidades que ya están y creemos sedes que puedan llevar la universidad a las regiones. En todo esto también hay que incluir a las universidades privadas”.
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